jueves, enero 26, 2006

Voy y vuelvo

He estado completamente desaparecido.
No es mucho lo que me ha pasado, porque claro, he estado casi un mes con licencia y no me he movido demasiado de la casa. Me he dejado querer y atender por JP que de verdad se ha portado como mi esclavo soñado. Se ha pasado.
Dentro de este extraño mes, tener a Bachelet de presidenta electa fue una excelente noticia y la mejor excusa ever, para un asado y para copetearme un poquito después de tanta sequía y régimen blando.
A todo esto, mi herida está perfecta y ya me olvidé de que alguna vez me operaron. A pesar de mi hipocondrismo natural, tengo que reconocer que tengo una buena capacidad de recuperación.
El doctor, eso si, fue bastante exagerado al darme 21 días de licencia, cuando la verdad es que con unos 7 hubiera estado perfecto. Nunca podré agradecerle lo suficiente en todo caso, por haberme dado estas vacaciones forzadas, porque realmente me hacían mucha falta. Logré desconectarme 100% de la oficina y llegué a la conclusión de que a pesar de todo, estoy comenzando el 2006 de manera insuperable.
Aproveché este tiempo libre, limitado a estar metido en la casa, por si venían de la isapre (jamás apareció nadie), para dormir y descansar hasta el cansancio y también para meter la casa entera en cajas. Mañana comienza, por fin, la mudanza. El departamento está listo, así que debería terminar de escribir esto y guardar el computador en su caja, que es casi lo único que queda sin embalar. Estaré un par de días offline y además vuelvo a trabajar recién la segunda semana de febrero. Espero tener internet antes, lógico, para poder contarles si realmente el lugar está embrujado, como sospecho; qué tal son los vecinos, el barrio y todo eso.
Por ahora, estoy intentando no desmayarme por el calor y disfrutar mi último día de licencia. No aguanto más estar encerrado, aunque si es cierto que me escapé al Fausto... y a ver Las Crónicas de Narnia... y a comer ají de gallina al Barandiarán y a tomar pisco sour a la casa de Juampy. Pero como nunca es suficiente, esta próxima semana espero lanzarme a la vida con todo. Ojalá entonces tenga algo más interesante que contar. Por ahora, sólo que espero poder leerlos pronto y darles las gracias por su preocupación.
Besos y abrazos para todos.

JUL.

lunes, enero 09, 2006

Technical Difficulties

Tech

Todo muere. La gente muere. También los pájaros y las buenas series de televisión.
También lo hacen los peces de mi acuario y hasta los blogs.
Hace tiempo que no escribía nada.
¿Habrá pensado alguien que carretié hasta la muerte para el año nuevo?
No fue para tanto; reconozco que no me acuerdo de mucho, pero me porté como el hombre maduro que soy.

El 2006, en todo caso, no partió nada de bien.
Mi semana post año nuevo, fue bien macabra. Me cansé como nunca en la pega. Quizás es porque las vacaciones se ven cerca, y las pilas comienzan a agotarse a una velocidad vertiginosa, sabiendo que la recarga se viene pronto.
El jueves estaba en reunión y yo lo único que quería era morirme. Se que voy a volver a hablar de mis paranoias médicas, pero juro que esta vez no estoy exagerando. Les decía que el jueves, a eso de la hora de almuerzo, no podía soportar el dolor agudo a la boca del estómago que se acrecentaba desde la mañana. Tengo que dejar de tomar tanto café. Eso era en lo único que pensaba.
Agarré un taxi que me trajo a la casa, JP se vino a verme y más o menos a las 11 de la noche ya estaba en la clínica, en la más E.R. para que me drogaran, directo a la vena y que se terminara mi tortura de un día continuo de dolor.
Unas cinco horas más tarde me estaban crucificando, literalmente, a una camilla.
“No te asustes, porque vas a sentir un mareo fuerte. Después de eso, te vas a dormir y no vas a sentir nada”
Amígdalas, prepucio, mis dos riñones, etc. Yo estaba con todas mis piezas de fábrica intactas. Hoy no tengo apéndice.
Desperté en una sala de recuperación (que en mis confusos recuerdos, parece más la recepción del Ritz), sintiendo como si hubiera dormido un año de corrido. Lo primero que vi fue la cara de mi mamá. Ahí supe que estaba vivo, o que si estaba muerto, al menos estaba en el cielo. Lo único que empaña mi placentera vuelta a la vida, es que tengo toda la tincada de que desperté con una erección enorme. Y como les decía, yo me sentía en el hall del Ritz, con gente transitando, mi mamá…uf, mejor no le doy más vueltas al asunto.

No duré mucho más que 24 horas hospitalizado. Recorrí la clínica entera, con mi atril de suero, mi camisón y mi trasero al aire, todo el tiempo que estuve ahí. Así que el doctor pensó sabiamente, que estaría más quieto en mi casa.

No estaba muerto. Tampoco andaba de parranda. Estoy bien, algo adolorido, por eso no les puedo contar mucho más, no debo pasar tanto tiempo sentado frente al computador.

Cuídense mucho,

JUL.