lunes, febrero 27, 2006

A-ha!

analogue

Nunca antes había ido al Festival de Viña. Jamás me llamó mucho la atención, porque hay que reconocer que cada año es una mugre peor que el anterior. Para ver humoristas decadentes, pachangas impresentables y grupos rockeros patéticamente viejos, prefiero quedarme en mi casa.
Cuando la Amparo me llamó para decirme que tenía entradas para el día viernes y que íbamos a poder ver a A-ha, salté de alegría. Claro, el festival de este año es una basura de proporciones gigantescas, pero la posibilidad de ver a A-ha en vivo, fue una más que agradable sorpresa.
Yo tengo 32 años, ustedes lo saben. Por lo tanto, cuando yo era un tierno infante, A-ha la llevaba completamente. Luego de albums tan exitosos como "Hunting High and Low" o "Scoundrel Days", parecía que estos lolos se habían separado , muerto o desaparecido. Craso error; estaban de lo más vivitos. Hace un par de años conseguí sus dos últimos discos : "Minor Earth, Major Sky" (2000) y "Lifelines" (2002) y de verdad que los dos son espectaculares. En Europa les fue excelente, pero en gringolandia no pasó nada. Me revienta que las distribuidoras sólo editen en Chile lo que pega más arriba de México. Por eso que uno no puede encontrar el nuevo álbum de Morcheeba, por ejemplo y lo mismo pasa con los mencionados A-ha.
Bueno, la cosa es que siguiendo a "How Can I Sleep With Your Voice in My Head" la grabación en vivo de 2003, llega "Analogue"(2005) el flamante nuevo álbum de los noruegos, que está para devorárselo y que ha recibido excelentes críticas y los elogios de gente como Bono y los Coldplay.
En plena gira mundial, la inepta organización de Viña 2006 se las ingenió para traerlos, seguramente a alguien le sonaba "Take on Me" en el fondo de la memoria y los propuso como número de relleno.
Partimos a Viña con JP y la Amparo, que parecía poseída por Satán porque anda con adenovirus en los ojos y se parece al bebé de Rosemary. Llegamos justo a Viña y corrimos desde el único estacionamiento que encontramos (a unas 7 cuadras) hasta la Quinta Vergara. Cuando por fin entramos, me llamó la atención lo chico del lugar. En la tele se ve inmenso y en realidad es minúsculo, supongo que the sun always shines on TV...
Nuestras entradas regaladas decían "Palco" y eran numeradas. Según la Amparo, el palco era entre la galería y la platea, así que pensábamos que íbamos a ver bien igual. GRAN SORPRESA, el palco era detrás del distinguido "jurado festival". Así que ahí estábamos, codeándonos con Benjamín Vicuña y con Karlita Constant y listos para que la cosa comenzara. Lo bueno de esto, es que como en el fondo se trata de un programa de televisión, todo parte a la hora señalada y a las 22:00 los A-ha se tomaron el escenario.
A HA 8
A HA 1
Primero que nada, lo frívolo: Morten Harket es MINO. Yo pensaba que iba a estar entero destruído y nada, que se mueren el pellejo y la pinta Los teníamos tan cerca que daba un poquito de nervio. Para la segunda canción ya estábamos arriba del asiento gritando como las quinceañeras que no somos.
El show fue impecable; los tres singles de "Analogue" y el resto puros éxitos probados; desde "Cry Wolf" hasta "The Living Daylights".
A mi me daba mucha risa todo, porque jamás me hubiera imaginado gritando "¡Antorcha, antorcha!" o "De oro, de oro, de oro" y ahí estaba nomás, gritando a todo pulmón.
Yo hubiera seguido cantando por horas y horas pero había que dejarle el escenario a esa banda tan importante como son "Los Tigres del Norte"...( ? ).
Cuando cachamos que se llevaron la batería y todo, nos secamos los ojos, nos arreglamos las greñas, tomamos nuestras cosas y nos fuimos bien indignados. Paramos en Valpo para tomarnos un traguito en el Deck y comentar la jornada festivalera.
Lo pasé increíble. Fue una invitación que cayó del cielo y me sentí en el cielo por 1 hora y 15 minutos.
A HA 9

viernes, febrero 24, 2006

Brokeback/Potter/Chávez

brokeback

Qué latero hacer una reseña de Brokeback Mountain, cuando todo el mundo ya lo ha hecho. La cosa es que fui ayer a verla con JP y Maxi, y con Juampy y Robert que venían llegando de sus vacaciones venezolanas. Como ya ni nos movemos del barrio y al auto prácticamente tiene telarañas en el motor, enfilamos hacia el Hoyts San Agustín. La sala estaba prácticamente repleta. Repleta de locas, debo agregar. Fue muy divertido, porque yo me imaginaba que a la salida iban a haber buses de acercamiento al Fausto. Creo que sólo habían unas dos mujeres, aunque sólo se hacía notar una gorda que no podía contener la risa justo en los momentos mas intensos de la película. La rota seguro que era primera vez que pisaba un cine.
Antes de que empezara la película se nos puso adelante una "pareja" de lo más divertida. La "señora" era una loca bieeeen mujer, lleno de gel y de anillos y con la polera más apretada que he visto en mi vida. Robert decía a toda boca: "¿Juampy, estás seguro que en esta sala dan la película que vinimos a ver?". Qué maldad...

La película? Impresionante. Aluciné con las actuaciones, la historia, la música, todo. Me alegro que sea para mayores de 14, así la puede ver la mayor cantidad de gente posible. Creo que deberían incluso, pasarla en los colegios. Si bien parte en los años 60 y en lo más profundo de la masculinidad americana, te das cuenta que es una historia que se repite hasta el día de hoy. Me pareció antes que nada, una película útil. Útil para la gente que oculta su sexualidad y para las personas que no comprenden la sexualidad de los demás.
Al final, todo era un mar de llanto y no era para menos. Salimos con los ojos hinchados y con la voz temblorosa.
A veces preferiría que las películas fueran menos buenas, pero que tuvieran finales felices. Amo los finales felices.
Volvimos a la casa a tomarnos un vinito y a seguir escuchando las aventuras caribeñas de mis amigos, que muy amablemente nos trajeron de regalo un muñeco enorme de Hugo Chávez, en traje de milicia y que si le apretas la espalda, da un discurso chistosísimo. Tendrá un lugar destacado en la decoración que JP intenta mantener tipo "Vivienda y Decoración" y que yo llevo cada vez más a lucir como un santuario kitsch.

Antes de ir al cine, fui al Parque Arauco a canjear mi copia de "Harry Potter y el Misterio del Príncipe". Me recibió un grupo de nerds disfrazados de magos y me dio una vergüenza ajena tremenda. Hasta me hicieron llenar un cupón para ganar una escoba voladora. Últimamente he participado en cuanto concurso se me cruza por delante, siguiendo el plan maestro de Paz, que asegura que ella podría vivir en base a concursos de toda índole. Obviamente yo no me gano nunca nada. Soy como ese personaje que hacía Gloria Benavides en el Show de Pepito TV, "Jaqueline Bisset Onassis" (el 90% de ustedes no sabe de qué hablo, lo asumo). Tengo toda la tincada que me ganaré la escoba.

Que tengan un buen fin de semana,

JUL.

lunes, febrero 20, 2006

Dios proveerá...

Creo que esta nueva vida que empiezo, cambiando de aires y de barrio, está haciendo que sea más feliz. O al menos, un poco más sibarita; algo que claramente, tiene mucho que ver con la felicidad.
Por supuesto que lo más afectado es mi paupérrimo bolsillo. Porque mi máxima del "Dios proveerá" se pone en funcionamiento apenas tengo un pisco sour en el cuerpo. Ni siquiera me atrevo a meterme al banco. Sólo cruzo los dedos para que esta semana se acabe lo más rápido posible y que mi cheque del sueldo llegue a salvarme, como lo hace sagradamente cada día 1°.
El jueves fuimos a comer al Zully con JP, la Monchi y Mariano. Andábamos con la idea hace rato y por fin la concretamos. Reservamos en el salón que tiene las paredes pintadas con las ilustraciones de Jordi Labanda y no tengo nada que decir. Todo fue espectacular. Desde la mesera que sí sabía cada uno de los detalles de los platos, hasta la mejor comida que he probado en años.

zully

Comí avestruz sobre risotto de queso, callampas y salsa de berries y una bomba atómica de chocolate que debe haber tenido cuarenta millones de calorías y que sólo hubiera engordado más si me la hubiera inyectado directamente en la cintura. A todo esto, yo jamás en mi puta vida había comido avestruz, porque para serles franco, las carnes "exóticas" me asustan un poco y yo de sofisticado a la hora de comer, tengo poco. Pero como estoy dispuesto a darle una oportunidad a las cosas nuevas o a las que pienso que no me van a gustar, me atreví y ciertamente no me equivoqué. El lugar es caro. MUY CARO, pero yo pienso: ¿qué pasa si mañana me atropella una micro del Transantiago y me muero? Prefiero ser un cadáver pobre a despedirme del planeta con muchas lucas en la cuenta corriente y un paso fome por la tierra.
El viernes quise bajar las revoluciones con los gastos y decidí preparar un exquisito pisco sour para JP y para mi, para pasar una velada en onda romántica, con un traguito y escuchando el nuevo álbum de Morcheeba (lejos el mejor). Como es predecible, dad mi torpeza innata, confundí las medidas de pisco y de limón y lo hice al revés. El resultado fue una cosa ácida y limonienta que sólo hubiera servido para aliñar una lechuga (nota mental: aderezo de ensaladas con base de limón y pisco...puede que sea rico). Tratando de mejorar el desastre, finalmente terminé haciendo un litro de pisco sour que se fue como agua entre los dedos. Nos fuimos bien doblados al 105 porque un seudo amigo de JP iba a poner música ahí. El lugar estaba bien entretenido y terminamos jugando flipper con un monumento de hombre que estaba de infarto. Poco me acuerdo del resto, sólo que hubo mucho sexo (no con el tipo del flipper, se entiende). Algo tiene la casa nueva, no se qué será, pero ando con la libido por las nubes.

El sábado recibimos a las primeras invitadas oficiales a la pieza de invitados, la Ala y la Maca, nuestras amigas L Word viñamarinas. Cómo ellas nos expresan el cariño a través de la comida cada vez que nos dejamos caer por la quinta región, nosotros no podíamos ser menos. El fin de semana fue una comilona vergonzosa y parece que las osas lo pasaron bien. Les hicimos el tour por el barrio, les hicimos probar los helados del Emporio La Rosa, a almorzar al Venecia y las llevamos al persa del Bio Bio a cachurear. Eso si, no nos acompañaron al Fausto el sábado, así que fuimos los dos y Darío a mover un poco el cuerpo. Como cosa extraña, la música estaba bastante buena y hasta cuando comenzó la pachanga continuamos bailando.
Fue un fin de semana bien movido y bien gastado. Lo estoy pasando bien. Me estoy arruinando de paso también, pero supongo que también tanto gasto tiene que ver con la novedad de tener todo a dos cuadras. Me imagino que tendré que llegar a un equilibrio carrete/posibilidades económicas. Por ahora lo comido (mucho) y lo bailado (demasiado) no me lo está quitando nadie.

jueves, febrero 16, 2006

Si te he visto...no me acuerdo

Seguro que todos ustedes alguna vez han escuchado esa frase hecha que dice algo así como "Puedo olvidar un nombre, pero jamás olvido una cara". Bueno, algo pasa con mi precaria capacidad recordatoria, que hace que no sólo olvide los nombres (que sucede aproximadamente a los 2 minutos que me lo dicen), sino que además, pueda verte una vez, pasar una noche entera hablando contigo, hacernos amigos del alma y despedirnos de abrazos y cachetadas en la guata y que un mes después nos topemos en la calle y no tenga la más remota idea de quién eres.
El otro día un tipo que hablaba con JP en el Bunker me saludó. Por mi cara de "y quién es este hueón", JP me empezó a explicar que habíamos ido a una fiesta en la casa de este personaje y que a mi más encima me había gustado. ¿A mi?? A mi que me registren, yo juro que jamás lo he visto.
No es raro entonces que yo le pueda caer pésimo a mucha gente, porque me deben encontrar lo más antipático y quebrado que pisa la faz de la tierra. Que me hago el lindo y que no saludo. Juro que no es así, si yo soy un amor.
Otras veces veo a alguien en la calle y sé, a ciencia cierta que lo he conocido de algo. Por supuesto, saludo y casi en un 100% de las veces, recibo una respuesta. Tiempo después prendo la tele o abro el diario y resulta que saludé al que da el informe del tiempo, al malo de la teleserie a un Ministro de Estado (siempre es una situación muy embarazosa)
Estoy mal, necesito pasas para la memoria (aunque eso debe ser un mito, como lo de comer zanahorias para la vista o hartarse de espinacas para ser como Popeye).
Por lo tanto, si alguna vez te cruzas conmigo y no te pesco, por favor acércate y salúdame, que seguro que no me estoy quebrando. Ahora, otra cosa diametralmente opuesta es que me hayas caído pésimo y yo me haga el tonto para no toparme contigo porque te odio. Pero claro, si te odio, lo más probable es que te lo haga saber de manera más o menos temprana y directa.
Porque les cuento esto?, no se, tal vez sea porque me bajó una paranoia de que conozco a todo el mundo y los ando saludando a todos, por si acaso.

Mi semana ha estado de lo más ajetreada. Estuve lunes, martes y miércoles dirigiendo fotos en terreno. Tres agotadoras sesiones de 12 horas promedio. Estoy bastante cansado, pero lo bueno es que todo resultó bien. Además, pasar tres días con el monumento brasileño del post anterior, fue espectacular. Resultó ser hetero hasta la médula y conversamos de su ex novia y de su pasión por el fútbol. Aún así, le saqué abrazos y besos. También me sonreía y me cerraba el ojo, así que no debería poner las manos al fuego... Anoche prendí la tele, cuando llegué casi en estado de coma a la casa y lo primero que veo es al garoto sufriendo porque se le aparecía marzo. GUAU, esa es una cara que jamás se me va a olvidar.

viernes, febrero 10, 2006

Pesadillas habitacionales y placeres laborales

No se si alguien se acuerda de una película de Tom Hanks, en plenos 80s, donde él y Shelley Long se compraban una casa muy antigua que finalmente se desarmaba por completo, porque al parecer todo estaba pegado con moco. Yo me acuerdo que le veía siempre en la tele y me cagaba de la risa de comienzo a fin. Es bien diferente la cosa cuando te pasa lo mismo en la vida real. Primero, mi acuario se partió en dos. JP juraba que la posa al lado del mueble del acuario era una marcación de territorio de Lukas, pero no, era mi acuario que estaba en pleno colapso. De más está decirles que estoy de luto por este hecho.
Después se taparon los wateres. El tipo que arreglaba las ventanas, dejó caer un ventanal sobre MI COCINA, rompiendo uno de los muebles. Los técnicos de DirecTV se echaron un pedazo de muralla de la pieza. A JP le robaron los parlantes del auto...
Me niego a pensar que esto se trate de una maldición o un yetazo. Supongo que un lugar que tiene 70 años de antigüedad, tiene que presentar ciertos problemas. Cambiarse de Las Condes a Recoleta, tiene que suponer algo menos de seguridad, lo entiendo. Y habrá que aceptar que un poquito de mala pata y varios pequeños accidentes concentrados en un par de días, es parte del sentido del humor de Dios. Estamos tratando de tomarlo con liviandad, a pesar de que cuando vi mi acuario se me llenaron los ojos de lágrimas y que el pobre JP esté a un paso del Open Door después de vivir las vacaciones más satánicas de la historia.

La oficina está bien agradable. Todavía no me quieren pasar mucha pega, parece que no quieren que me estrese recién llegado. No quiere decir que no esté trabajando ni mucho menos, pero estoy de lo más relajado que hay. Lo único más bizarro, y por lo tanto digno de contar, fue una prueba de vestuario que me presentaron ayer. Y digo bizarro porque al menos a mi no me pasa todos los días estar en mi oficina y tener a un modelo brasilero en calzoncillos, sentado arriba de mi escritorio, hablándome de Brasil, del significado de su apodo ni de lo mucho que le gusta Chile y su gente...AMO MI TRABAJO!!

Que tengan un buen fin de semana, pórtense bien.

JUL.

lunes, febrero 06, 2006

Julius Returns

Finalmente volví a trabajar.
Me sigue sorprendiendo lo rápido que se pasa el tiempo. Hace un mes exacto que no pisaba la oficina ni me sentaba frente a este computador. De verdad que descansé mucho, demasiado tal vez. Tengo la sensación de que olvidé cómo se hace todo. Cómo actualizar los pendientes, cómo hacer un presupuesto y hasta cómo abrir el mail son procedimientos misteriosos ahora. Me he dedicado gran parte del día a limpiar el PC porque estaba totalmente colapsado de espacio.
Por el momento, aparte de limpiar la bandeja de entrada, no estoy haciendo nada, porque en mi ausencia todos acá se las ingeniaron para repartirse mi pega. Espero que se hayan dado cuenta de lo complicada que es y de lo mucho que me saco la chucha para que todo funcione más o menos bien. Los miro a todos y están concentradísimos en lo suyo. Ya me prometieron que en un rato más me van a poner al día con todo y creo que ahí se me va a acabar la inactividad para siempre.

Estoy ya hace una semana también, viviendo en la nueva casa. La mudanza fue un infierno, como cualquier mudanza. Transportar el acuario gigante no fue fácil, porque claro, llevarlo en el auto, intentando no caer en los “eventos” (léase “hoyos”) que Ximena Rincón no tapó, fue una odisea. Tampoco fue sencillo guardar todo lo que faltaba por embalar, que como por arte de magia, se volvió el triple de lo que yo había estimado. Con decirles que metí todo lo que restaba en bolsas de basura, porque el arsenal de cajas se había acabado y terminé confundiendo bolsas, por lo que tiré a la basura el hervidor de agua y varios valiosísimos instrumentos culinarios. Me acuerdo y me dan ganas de llorar.
Finalmente, cuando todo el mundo se fue ese día sábado y con JP nos tiramos, rendidos, en el sofá, el stress se fue como por arte de magia.

Todavía no me acostumbro totalmente a tener tanto espacio, que todo esté nuevo y que además, todo funcione. Sigo sintiéndome como si estuviera en la casa de otra persona, como si estuviera cuidando la casa de una mejor versión de mi mismo.
Lo bueno es que el lugar no está embrujado. Al menos hasta ahora las paredes sangrantes, el arrastre de cadenas y los fenómenos poltergeist brillan por su ausencia.
El barrio es de lo más entretenido; ya soy casero del supermercado asiático, tengo mil opciones para tomar cafecito en el Forestal, Lukas ya se hizo amigo de los perros del barrio y darse una vuelta por El Toro no es por ser ondero sino que es lo que queda más cerca para tomarte un pisco sour con los amigos.
Los vecinos, top. Una porque no se ven y otra porque no se escuchan. El nonagenario administrador del edificio amó a JP desde el primer momento y nosotros entonces, nos hemos portado de lo más bien. Sin fiestas ni escándalos, como debe ser en un lugar que parece un condominio para la tercera edad en Boca Ratón. Dudo que la calma dure mucho tiempo, pero eso de que la primera impresión es la más importante, es una verdad irrefutable.

Todo el tiempo post licencia, fue bien movido. Una por los temas de la mudanza, que son millones y otra porque me dediqué a carretear bastante. Me lo he bailado todo y pienso seguir haciéndolo, hasta que la economía no me lo permita más.

Estoy súper contento. Tengo ganas de trabajar, de hacer las cosas mejor, de disfrutar de la felicidad de haber conseguido este sueño que es tener un lugar propio, y de vivir a concho la vida con JP, porque pasamos invictos esta prueba tan difícil (créanme que comprar casa y cambiarse sin matarse, es algo que no se cuenta tan fácilmente).

Un abrazo para todos, y nos estamos leyendo.