viernes, abril 28, 2006

Ojalá ya fuera domingo...

Luk

¿No es este acaso el perro más hermoso sobre la faz de la tierra? Si amigos, él es Lukas, posando para la posteridad.
Así de brillante está el piso del departamento también. Sólo ruego para que luego de este fin de semana el piso siga luciendo bien. Que la alfombra no se incendie, que nadie rompa un water y lo más importante, que no nos echen del edificio...
Mañana JP celebra su cumpleaños, y como se podría decir que pastel es algo "sociable", la lista de invitados es como de dieciséis mil personas. Estoy atacado, de verdad.
Lo peor es que una revistilla de decoración quiere hacer unas fotos del departamento para una edición cercana y tengo toda la tincada que van a llegar, el lugar va a parecer recién dinamitado y nos dirán: "mmmm....no gracias, la verdad es que el estilo "Irak Chic" todavía no se pone de moda".
Sólo se que mañana me toca cocinar todo el día, recibir a toda la gente y tratar de que todos lo pasen bien y mantener mi mejor sonrisa cuando me quiebren los vasos, me manchen las murallas con vino, me apaguen los cigarros en el suelo y me quemen el sillón.
De seguro que van a pasar cosas bien divertidas, como por ejemplo que una de las nuevas amigas de JP va con el marido. Y que el marido es nada más y nada menos que un cliente mío. ¿No digo yo? el mundo es un pañuelo. Ojalá que no se espante mucho, porque el loquerío va a ser de temer.
Sólo quiero que llegue el domingo y que todo haya pasado.
Se preguntarán que qué le regalé a JP este año. No andaba muy pudiente, porque se me apareció marzo, abril y mayo me amenaza sin piedad.
Les dejo una fotito.

Vinilo

Sí, es el vinilo.
Sí, los vinilos (porque son dos) son de un brillante color rosado.

No soy acaso el pololo más cool, ever? La cagué para ser creativo.

Un abrazo y el martes les cuento si sobreviví.

JUL.

lunes, abril 24, 2006

Ciudad de Dios

No hago más que anunciar mis intenciones de generar cambios en mi vida, para que Dios se apure a recordarme que es ella la que primero dispone de mi vida sobre este planeta. Pocas veces me he sentido con un pié en la sepultura, a punto de ponerme el pijama de palo o listo para ir a mirar las flores por el lado de las raíces. Una vez cuando chico, me casi ahogué en una piscina. Mi corta y feliz vida de entonces se me pasó como un diaporama (o debería decir Presentación Powerpoint, para no sonar tan añejo...) ante mis ojos mientras el aire se escapaba de mis pulmones y el agua y el cloro ocupaban su lugar. El montaje de imágenes de mi vida (que a todo esto dejaba a Kubrick como una alpargata vieja) se vio interrumpido por los fuertes y fibrosos brazos del salvavidas del club de campo de Las Condes de ese entonces, que me sacó del cuello hacia suelo firme y seco. Yo habré tenido unos 13 años y no era tan pillo como para haber fingido que estaba inconsciente para la respiración boca a boca. Además, estaba aterrado y me sentía tan agradecido de haber tenido una segunda oportunidad de vivir, que deseché la idea de inmediato.
Otra vez, no muchos años después, yo figuraba colgado con la punta de mis dedos, a punto de resbalar, de un risco en la quebrada de San Ramón. ¿Qué estaba haciendo yo, creyéndome escalador en roca? Todavía no lo sé. Supongo que cosas de cabro chico. No quise mirar para abajo. Sólo podía sentir cómo mis brazos se cansaban cada vez más. Cómo mis dedos iban resbalando poco a poco. ¿Qué se hace en un momento así? A mi me resultó relajarme y no perder el control. Comencé a buscar lentamente con los pies, por el contorno de la roca, algún espacio que me permitiera al menos anclar las piernas y así poder darle un descanso a mis manos. Una vez bien afirmado, di gracias por tener tan buena elongación y la cabeza fría. Pude recuperar el aliento y la tranquilidad cuando llegué a la planicie al fondo de la quebrada.
Si yo fuera gato, a estas alturas del partido me quedarían sólo cinco vidas. O cuatro, si cuento cuando choqué con un auto en Alonso de Córdova el año pasado (yo iba en bicicleta y no sé cómo ni me caí al suelo).

El viernes me volví a sentir vulnerable, con la vida en un hilo. Habíamos salido con Lukas a pasear cuando volví de la oficina. Como la semana pasada tuve que quedarme trabajando hasta más tarde de lo normal, eran las 21:30 y nosotros recién íbamos saliendo. Lukas tiraba de su correa, atorándose y privándole el oxígeno a sus pulmones, tal como la hace todos los días, al menos la primera mitad del paseo. Primero me acompañó a comprar cigarros a la salida del Metro y luego tomamos José Miguel de la Barra para volver al parque. A la altura del puente Loreto, se me acerca un pendejo (un pelusa) de unos 13 años, no más. Bien simpático el cabro chico; moreno, chiquito y flaco. Con una sonrisa enorme, llena de dientes chuecos y el pelo bien tieso y gris de tierra y smog. Él quería que lo dejara jugar con Lukas, a lo que le respondí que mejor ni se le acercara, porque Lukas muerde a la gente que no conoce (y no es chiste, el perro le ha estampado los dientes a casi toda la gente que conozco). El pendejo insistía e insistía, pero no lo dejé. Cuando me iba dando vuelta para obligar a Lukas a volver a la casa, el niñito este me tira el clásico texto que uno espera- Tío, deme plata-.
Yo por lo general, si ando con un par de monedas en el bolsillo, las regalo si me las piden. No me voy a cagar por $200. Pero de verdad que había salido sin billetera y no tenía ni una sola moneda conmigo. El pelusa volvió a insistir. Me giro y le digo -Pelao, de verdad que no tengo nada, la próxima vez que te vea, te doy-. En ese momento, este niñito bajito y con esa cara tan amigable e inocente se levanta la polera, para dejar ver una pistola enorme que lleva metida en su pantalón.
¿Se han fijado cómo en ciertas situaciones, el tiempo adquiere características distintas a las que percibimos normalmente?, los segundos se transforman en minutos larguísimos y la mente funciona a mil por hora, como si la vida te diera un plazo especial para pensar y buscar la mejor salida a algo que no parece tenerlo. ¿Qué podía hacer en ese momento; correr? No me pareció buena idea. Tampoco gritar y menos abalanzarme sobre el cabro chico, sacarle la mierda, agarrar la pistola y lanzarla al Mapocho.
Me vi muerto, desangrándome. JP iba a volver el sábado de Buenos Aires y se iba a extrañar que ni Lukas ni yo estuviéramos en la casa. Tal vez iba a ser portada de LUN o de La Cuarta. "Joven Profesional muere baleado por niño de 13 años" o peor, para vender más ejemplares: "Joven HOMOSEXUAL muere baleado por niño de 13 años". Me daba una lata fatal terminar mis días así. No era justo. No quería que se juntara un grupo de gente a mirarme morir. Ni que le tomaran fotos con sus celulares a mi cabeza abierta como una sandía de un balazo infantil.
Hice como que no había visto lo que me estaba mostrando. Intentando una pseudo-sicología barata, nunca dejé de sonreír. Insistí en que no tenía ni un duro y volví a emprender el rumbo.
-Tío, vio lo que le mostré, cierto?
-Sí, lo vi, y deberías tener cuidado con eso. No es bueno que andes asustando a la gente.
-Ya tío, no se enoje si no es de verdad. Es un juguete.

Yo no se si la pistola era de verdad o no. Se tanto de armas como se de fútbol o de ingeniería molecular.

-Ya, chao pelao y guarda esa gueá que te pueden ver los pacos.

Me di vuelta una vez más, con el corazón latiendo tan fuerte que me costaba escuchar lo que estaba pensando, los autos y las micros. Temía que en cualquier momento iba a sentir un dolor agudo y seco en plena espalda. ¿Mis últimas palabras iban a ser "Ya, chao pelao y guarda esa gueá que te pueden ver los pacos." MAL, debí haber dicho algo más adecuado a modo de epitafio.
Nunca giré la cabeza, estaba tan paralizado por el pánico que sólo podía caminar y caminar a una velocidad sorprendente; tan rápido como un maratonista (con la risa que me dan cada vez que los veo por la tele). Lukas iba más atrás, flameando al otro extremo de la correa. Llegué al edificio y no lograba meter la llave por el temblor de mis manos.
Me costó dormir, escuchaba ruidos y me levantaba a revisar ventanas y puertas. Una vez dormido, las pesadillas se repetían una tras otra.

No tengo ganas de volver a pasar por el mismo lugar. Tengo la mejor intención de salir con Lukas ojalá más temprano. De todas formas, no pienso dejar que el miedo me paralice y me fuerce a dejar de hacer las cosas que hago habitualmente.
Tal vez ni me debería asustar demasiado. Creo en una suerte de Plan Maestro y si no morí ahogado, como estampilla al caer de un acantilado, estrellado contra un Audi o baleado por un niño, tengo dos alternativas: o soy inmortal como Highlander, o no me ha llegado mi hora aún.

miércoles, abril 19, 2006

Volver

ACLARACIÓN:
El de la foto del post anterior, claramente no soy yo. O si, depende del punto de vista con que uno mire la imagen. Mientras buceaba por el catálogo de Gettyimages, buscando una foto de un tipo durmiendo con aspecto "vacacionil", me topé con esta foto y sentí un escalofrío que me recorrió la espalda. Ahora entiendo lo que Irene Jacob sintió cuando vio a su doble en "La Doble Vida de Veronika" de Kieslowski. No soy yo el de la foto, porque nunca me tomaron una foto semejante (y de habermela tomado, hay cero posibilidades de que la hubiera puesto en Internet, nunca tan picante de andar poniendo la foto pilucho. NO WAY). Pero por otro lado, la veo y soy yo. Me obsesioné tanto con el tema, que le mandé la foto por mail a varias personas y todos cayeron. Menos JP que me dijo que el tipo era asiático a la vela. Al girar la foto y ponerla patas arriba, me di cuenta que en realidad no es mi cara. Sigo manteniendo mis rasgos caucásicos y el hecho de vivir en "Little Asia" todavía no hace que me mimetice con el entorno como hacía Woody Allen en "Zelig". Pero si veo la foto tal cual está, no puedo dejar de pensar que el modelo es mi gemelo idéntico separado al nacer.
En resumen; no soy yo el de la foto, pero al mismo tiempo es una buenísima foto mía.

Hecha la aclaración, les cuento que ya estoy de vuelta en el trabajo. Mis vacaciones express fueron muy provechosas. Partieron pésimo, eso si. Con un terremoto de proporciones gracias a una sutil discusión telefónica con mi hermana, que poco a poco fue subiendo de decibeles hasta casi alcanzar proporciones épicas.
No quiero hablar mucho del tema, porque me sigue haciendo mal recordar todo lo que nos dijimos, y tampoco quiero ventilar algo que no es 100% mío. Mi idea de vacaciones no comenzaba precisamente con una discusión de ese calibre, menos por teléfono, jamás en una estación de metro repleta y en ningún caso conmigo cortando y largándome a llorar a mares entre una multitud de gente que no dejaba de mirarme como si estuvieran viendo a un alien o sospechando que estaban en una cámara indiscreta de la tele. Por más que trato de recordar algún entuerto en mi abultada lista de Grandes Éxitos de momentos patéticos, no logro encontrar algo que le haga ni la más pálida sombra a este incidente. No me reconocí. No puedo entender cómo perdí el control de esa forma. Pero sí, tengo que reconocer que esa discusión me movió el piso. Lo más triste de todo, y que es lo que me ha estado doliendo en el alma desde que esto pasó, es darme cuenta que las personas no están siempre dispuestas a aceptarme como soy. No quiero decir con esto que me sienta con el derecho de mandarme mil condoros y esperar a que la gente me los aguante. Lo que quiero decir es que si toda mi vida he sido de una manera, con los cientos de defectos que tengo, me descoloca que la gente quiera cambiarme a estas alturas. ¿Será tan difícil aceptarme así y no querer cambiarme por otra persona o mejor dicho, por una versión, con los bugs corregidos, de mi mismo?
Dije que no quería hablar del tema, y lo estoy haciendo, así que dejaré de hacerlo ahora.
El remezón emocional sirvió, a pesar de todo, para ponerme a pensar en mil cosas. Me di cuenta que hace tiempo que no tenía un tiempo para meditar y para hacer un diagnóstico de quién soy y ver en qué etapa de vida estoy. Saqué muchas conclusiones y también un montón de cosas que quiero cambiar.
Por eso mismo, hoy me levanté con unas ganas enormes de venir a trabajar, de organizar mi agenda y mis finanzas. Quiero botar los miles de papeles inservibles que cubren hace meses mi escritorio. Así mismo, quiero limpiarme de malas ondas. Quiero renovar mi carnet de identidad (no puedo decir carné, lo siento) y que ese gesto civil, sea también un símbolo de la mejor persona que quiero llegar a ser.

Me porté bien en vacaciones. Carretes? casi nada. Cambié la noche por paseos largos en bici por Santiago, siestas reponedoras y disfrutar de mi propia compañía. JP parte hoy a Buenos Aires por trabajo. Lo voy a echar de menos por montones, porque no me he quedado solo nunca en la casa nueva. Supongo que tendré más tiempo para regalonearme.

Gracias por venir a saludar.

JUL.

martes, abril 11, 2006

Good bye.

Siesta

Tengo un montón de mariposas en el estómago.
La hora pasa tranquila y el teléfono no ha sonado demasiado. Dejé hecha una lista de pendientes y tengo mi escritorio ordenado. En un par de horas más dejo la oficina, para tomarme una semana de corrido de merecido descanso. El año pasado se fue, dejando para mi un par de días de vacaciones sin usar y que ahora me caen como un regalo del cielo.
No viajo a ningún lado. No tengo nada planeado, al contrario, quiero que todo sea espontáneo. Voy a aprovechar de leer, de dormir siestas y de pasearme sin ropa ni preocupaciones por la casa.
En unos días más, JP se va por unos días a trabajar a Buenos Aires, así que tendré incluso la casa para mi solo.
Por eso mismo, es probable que no me aparezca por acá en estos días. Podría ocurrir el milagro de que la gente de la compañía de Internet se digne a aparecer por el departamento o que me aburra de descansar y salga a la esquina, al cibercafé. Ahora que lo pienso bien, creo que de todas maneras tendré que conectarme al mundo once in a while, para al menos chequear si Madonna incluye alguna fecha de su tour en Latinoeamérica. Hoy incluso firme una petición on-line para que vaya a Brasil (estoy obsesionado con el tema, ustedes me sabrán comprender) porque si ocurre el milagro, al menos sé que con un poco de esfuerzo y las millas acumuladas del LanPass, podría repetirme el plato del 2004 (escúchanos Señor, te rogamos) si es que se concreta algún show en algún lugar México para abajo.
Yo ando con el switch "vacaciones" en posición "on" desde ayer. Cuando salí de la oficina, en vez de irme a la casa, me desvié a un bar cercano a conocer a Pablillous que sí tuvo la delicadeza de incluir Chile en su gira latinoamericana. En el magno evento, estaban varios bloggers, a los que en su mayoría no leo, así que tengo tarea para un buen tiempo. Todos simpáticos a rabiar. De todos ellos, sólo conocía a Claudio (perdona por demorarme en reconocerte, pero sabes que soy malo con las caras, además que estás más guapo que cuando te conocí) y a la gestora de todo, quién más sino que la chiquilla Romané. Pablillous resultó ser todo lo encantador y más que uno percibe al leerlo. Muy elegante él en su impecable traje, con un seductor acento de difícil localización ("español neutro" le dice él) lo que lo hace aún más atractivo, porque digamos las cosas como son: el hombre está como quiere.
Gracias Pablo por el regalo y por la invitación, fue un placer conocerte al fin.
Me pasó algo divertido, porque si bien yo no conocía a nadie aparte de los ya mencionados, me sentí como si nos conociéramos de mucho antes. Sé que suena a frase hecha, pero es la pura verdad, no sé explicarlo de mejor forma.

Pórtense bien en mi ausencia. Yo trataré de estar la mayor parte del tiempo como en la foto.

Besos y abrazos para todos,

JUL.

lunes, abril 10, 2006

That's why I'm easy, I'm easy like sunday morning...

No hay caso, yo me desperfilo y me desperfilo. Luego de leer sus comentarios al post anterior, me siento como si fuera la versión nacional, pobre y guapa de Mick Jagger (por lo carretero, no por lo viejo, obvio). Y claro, si lo vuelvo a leer, de más que parece una página arrancada del diario de vida de Paris Hilton. La verdad de la milanesa, es que no es para tanto. De vez en cuando tengo un fin de semana algo más movido de lo normal, pero créanme cuando les digo que soy un ángel.
Yo por mi, me quedaría fines de semana completos en cama, viendo películas protagonizadas por perros en el cable, o maratones de "Tu casa, mi casa", mientras como chocolates y tomo Coca-Cola. Pero no. La vida me obliga a carretear!!!! y como yo soy easy like sunday morning, me cuesta harto decir que no.
Esta semana, tuvimos de huésped a un amigo ecuatoriano que anda por acá, por lo tanto, como uno es educado y encantador tiene que pasear al amigo y llevarlo a lugares entretenidos, para que algún sentido tenga ese estrofa que dice "Y verás cómo quieren en Chile, al amigo cuando es forastero". Y que por lo demás, es de lo más chanta, porque los lanzas lo primero que hacen cuando ven una gringa pava tomando fotos en la plaza de armas, es tirarla al suelo, arrancarle de un tirón la cámara fotográfica y salir corriendo con su mochila. Para qué vamos a hablar de cómo se trata a los pobres peruanos acá y mejor ni entrar en el apartado de los bolivianos. Bueno, me fui del tema, en resumen les contaba, que me tocó salir bastante este fin de semana, a pesar de que quise reformarme.
Todo partió el jueves (que mal que mal es "viernes chico"). Partimos con Mr. Ecuador a la casa de la Monchi para ver cómo le había quedado la remodelación. Nada que decir, sólo que el título de "casa más cool de todos los amigos" lo perdimos irremediablemente con JP y el puesto de honor nos duró menos que un completo en un cumpleaños (maldición!). Mucho sushi y MUCHO RON, tal vez demasiado para un jueves, porque no se si a ustedes les pasa, pero el ron en mi, tiene efectos rarísimos. Me pongo fresco, califón y bueno pa'l gueveo, así que JP me agarró de una oreja y a dormir.
El viernes todo pintaba para algo tranquilo. Darío fue a la casa, cargado de bolsas e ingredientes raros y se instaló en la cocina a mezclar polvos exóticos y verduras rebuscadas para agasajarnos con comida thai. Nos reíamos demasiado porque se veía igualito a Hermione Granger en la clase de Pociones. Quedamos con el ombligo salido de tanto comer (Darío es demasiado buen partido!!). Vuelvo a repetir; yo no ando buscando los carretes, son las circunstancias las que me obligan. Lugo de la comida, había que acelerar la digestión, así que decidimos llevar a Ecuador a bailar al Clandestino, porque ya le habíamos prometido que era lo mejor. Una vez allá, nos dimos cuenta que dependiendo del DJ, el lugar también puede ser la fomedad máxima. ¿Qué hacer en una situación así?? Llevarlo al Bunker, claro. Y dale con el bailoteo y la tontera. ¿Ven que yo no me las ando buscando???
El sábado también se venía de temer. Primero íbamos a la casa de la Amparo, porque no nos veíamos hace décadas y allá la cosa estuvo tranquilísima. Mucha conversa, pizzas ricas y risas. Yo no quería embalarme mucho, porque había recibido la cordial invitación de Pablillous para que nos viéramos en el Fausto en la noche. JP andaba con la yegua echá, así que fui solo. No al Fausto, porque la locación cambió a último momento y tuve que aparecerme por el Bunker (detesto el Bunker, cada vez más). Pagué ocho lucas, lleno de ira y entré. Y nada, que me di vueltas toda la noche, respondiendo a todo el mundo que me preguntaba inquisidoramente, que qué andaba haciendo yo en ese lugar sin JP. Qué lata...QUE LES IMPORTA!!!. Esquivé a un par de viejos guácala que no entienden que "no quiero bailar" tiene también un significado oculto y misterioso que es: "NO QUIERO BAILAR". Cerca de las 4:00 am, me rendí de buscar a Pablo y de pasearme inflando el pecho para que se notara bien mi polera de Madonna (era la señal para que me reconociera, qué nerd mi estrategia, jajajaja). Me fui caminando, muerto de sueño y con varios piticlines menos en mi cuenta corriente, y con una sensación de haber vivido el peor sábado ever.
Se fijan entonces cuál es mi triste situación???? Yo sería ultra casero y tranquilito, pero es la vida la que me fuerza a pecar. Debo plantearme como meta, ser menos popular, jajajajaja.
Y para finalizar, como uno siempre puede desperfilarse un poco más, hoy lunes parto con carrete con Pablillous, la Romané y un montón de bloggers desconocidos...que Dios me pille confesado.

Besos y abrazos para todos.

JUL.

lunes, abril 03, 2006

De bloggers, desconocidos amistosos, pasta y Norma Desmond.

Qué movido estuvo el fin de semana. Que en rigor para mi comenzó el jueves. Luego de volar como una saeta de fuego para llegar a mi cita a ciegas a la hora acordada, me dejé caer, exhausto, en una mesa de la Casa Naranja (un lugar que redescubrí y que me encanta). Pedí un mojito y esperé. Y esperé. Y también...esperé. Hasta que por fin, casi como una visión mística o una aparición mariana, aparece (muy fashionably late, debo agregar) la sin igual Romané. Qué puedo decir; que nos reímos sin parar y nos contamos la vida. Si las matemáticas no me fallan (y suelen fallarme) creo que estuvimos conversando (y tomando como dos cosacos) por aproximadamente unas cinco horas. La Romané es maravillosa, me encanta mi nueva amigui. Otro dato surrealista, hablé medio segundo con Pablillous, live from Miami, pero o estoy quedándome sordo o la señal era pésima, pero entendí poco o nada. Eso si, tiene una voz....(me encanta mi nuevo amiguis Pablillous)
Al día siguiente, como es de esperar, desperté con un hacha del porte de Portugal clavada en mi cabeza y con un aspecto deplorable que afortunadamente cambió en el transcurso del día. Justo para que en la noche me viera un poco más digno (al menos un poco, que los milagros están escasos) y recibir a Marcos, a quien no veía desde hace demasiado tiempo y que se va a quedar un par de meses en Santiago. Luego apareció la Dani y partimos todos al Clandestino, un lugar que yo ignoraba que existía y que está bien bueno. El público era de lo más ambiguo, algo que siempre me gusta en relación a los lugares abiertamente gay, donde todo es más obvio. Un toquecito de misterio con ese personaje que te mira insistentemente siempre es un deporte entretenido. Es que qué quieren que les diga. No hay nada que me guste más que los pinchazos, los cambios de luces y los coqueteos descarados con gente desconocida. Para que no se mal entienda, ustedes saben que yo tengo una relación más que estable con ese santo que es JP, así que no crean que la cosa pasa a mayores. Es sólo un jueguito inocente. Se podría decir que soy un "calienta sopa" empedernido, lo que no le debe hacer nada de bien a mi karma, pero whatever.
Lo más divertido de la noche fue un esperpento que se nos pegó y que conocía a no se quién, que al parecer andaba con el Kino acumulado en mala, porque se dedicó a engrupirnos a todos, con las mismas técnicas patéticas (a todo esto ya se nos había unido Juampy, Roberto y algunos más). Cuando me agarró a mi, no lo pesqué un metro porque el tipo era bastante pesado y cuando le fui a contar a JP, diciéndole "Hueón, este compadre me está engrupiendo a mi ahora y bla, bla". JP me responde: "Si, la cagó, este hueón está desesperado, se quiere agarrar la hueá que sea"....PERDÓN????!!!!! (esta es la parte donde ustedes me ayudan a odiar a JP) Las disculpas ya no sirven, esto no lo olvidaré tan fácilmente.
El sábado fue de mucha actividad también. Ni siquiera alcancé a dormir siesta (y con lo que me gusta dormir siesta!!!) Tenía el cumpleaños del Rorro, que estuvo de lo más entretenido y piola. Pero como últimamente prendo hasta con agua, me fui con JP al Fausto (que sigue siendo mi lugar gay predilecto, lo vuelvo a confirmar). Bailamos como si fuéramos del ballet de Karen Connoly (mis pies lo sintieron al día siguiente) y me volvió a pasar algo que no deja de sorprenderme. Hace ya varios meses, estábamos en Pagano en Valpo, y el espécimen más apetecible del lugar no paraba de moverme las pestañas. Juampy, JP y sus enormes egos juraban que el sujeto en cuestión quería con ellos, hasta que quedó más que claro, por un escueto diálogo que tuve con el personaje, que lo que realmente él quería era vivir "the Julius experience" (estoy inflado como pato de silabario ahora). Bueno, la cosa es que las últimas dos veces que hemos ido al Fausto, nos hemos topado a este tipo, que es lo más "dije" del planeta a todo esto y siempre nos saluda con un cariñoso "Hola Julius, hola JP!" y la verdad es que no entiendo cómo se acuerda de los nombres...Yo ya les conté alguna vez que mi memoria es como la del protagonista de Memento, así que mi respuesta es siempre un cariñoso "Hola...compadre!" Me imagino que para la próxima tendré que preguntarle transparentemente cómo se llamaba, porque por más que trato de recordar, sólo se me viene a la mente que el nombre comienza con "C" y nada más.

No me pregunten cómo me levanté al día siguiente, pero tenía que hacerlo porque tenía invitada a mi madre a la casa. La llevamos a almorzar a una trattoria que se llama "Sole mio", en el barrio Brasil, que está buenísima y además de precios razonables. Luego la paseamos por el barrio, para que dejara de estresarse con la cosa de la seguridad y para que cachara que no estoy viviendo en el barrio chino. Pasamos al Museo de Bellas Artes y vimos una exposición bastante multimediática donde el tema es el ojo. Se las recomiendo, está alucinante.

Y ese fue mi fin de semana, que finalizó con la deuda que tenía con "María Full of Grace" (Catalina Sandino Moreno la lleva) y con la revisión de "Sunset Boulevard" del gran Billy Wilder, una joya que deben ver todos.

Besos y abrazos para todos.

JUL.

UPDATE: Tengo depresión endógena. Madonna no viene a Chile. Ni a México, ni Brasil, ni Argentina :(