viernes, junio 23, 2006

Julius goes unplugged

Estoy hace ya cinco meses sin Internet. Tampoco tengo teléfono. Ni siquiera tengo minutos en el celular, porque como bien sabrán los que mejor me conocen, una de las cientos de cosas que odio con pasión, es precisamente hablar por teléfono. Es bastante obvio, porque si hablo por teléfono todo el santo día en el trabajo, lo lógico es que cuando llegue a la casa, me de una lata espantosa ponerme a hacer lo mismo. En todo caso, como yo nunca estoy conforme con nada, siempre quiero más y más atención y en el fondo, soy una contradicción andante, si no me llaman me da rabia también.
Bueno, antes de ponerme a divagar, les hablaba de esto de no tener Internet. Como ahora me fui del barrio alto y al parecer mi nueva dirección es considerada el barrio chino, la única alternativa que tenía era Telefónica, porque las demás compañías, las que no adoraban a Satán, no tenían cobertura en mi nueva dirección... Como no quedaba otra opción, la cosa tuvo que ser con ellos nomás. Yo sentía que íbamos a firmar un pacto con Belcebú en vez de pedir una línea de teléfono fija e Internet, porque de verdad que he tenido batallas épicas con Telefónica en lo que llevo de vida. Tal vez me tienen fichado como alegón e hinchapelotas de primera, porque hasta el día de hoy, ni siquiera me han llamado una sola vez para contactarme. Y yo sigo esperando. Sin estress. Sin odio.
Claro, al principio yo pensaba que me iba a morir en vida por no estar conectado. Porque yo no era nada sin Internet. Viví el síndrome de privación, escapándome fortuitamente al cibercafé más cercano, para ver si había recibido algún mail importante, para leer blogs y revisar las páginas de Madonna para ver si anunciaba visita a Chile (yeah, right...).
Ha pasado el tiempo y ya no voy al cibercafé. Veo lo que tengo que ver en la oficina. Claro que tampoco puedo estar sacando la vuelta todo el día, porque Dios sabe la cantidad de trabajo que tengo y pasan días enteros en que con suerte alcanzo a revisar el mail. Me da lata no tener el tiempo que quisiera para poder leerlos bien a todos ustedes. Trato de ir leyendo lo más que puedo y a veces ni siquiera alcanzo a dejarles un miserable comentario del tipo "jajaja, que rico, chaito".
Para qué hablar de toda la pornografía que no he podido bajar ilegalmente. Me desespero porque Hot House, Falcon, Jocks y Kristen Bjorn sacan y sacan películas y yo me estoy quedando atrás con mi colección, que había alcanzado ya un nivel inédito en todo iberoamérica.
Pero como hay que ser positivo y verle el lado amable a todo, es que he sacado algunas alegres conclusiones: al menos estoy gastando harta plata menos cada mes. También es cierto que JP dejó de tenerle celos al computador, porque de verdad que a veces me quedaba demasiado pegado bajando música, y leyendo hasta el blog de Britney y por último, paso menos horas sentado frente a la pantallita. Hablo más con la gente, juego más con el Lukas y duermo mucho más.
A todo esto, yo me siento como si fuera parte de una secta cuáquera con esto de estar tan unplugged. Me cuesta imaginar por ejemplo, cómo era la vida de mi mamá cuando era chica, y a mi abuelo le dio por colonizar el sur. Hay miles de anécdotas increíbles, como lo de levantarse al alba a encender la cocina a leña, o vivir alumbrándose con velas...o a mi abuela, muy santiaguina, rubia y regia, viéndose forzada a hacer de improvisada doctora Quinn para atender a indígenas heridos a cuchillo a cosiéndole con hilos Cadena el cuero cabelludo a una monja del lugar a la que la había pateado un caballo...OK, me puse gore, pero quería tratar de explicar bien porqué me cuesta tanto situarme yo mismo en situaciones así. Qué se yo, tal vez es todo producto de cómo avanza el mundo. Quizás es que soy sólo un poquito burgués.

Hoy parto a Olmué a hacer aún más desenchufada mi existencia, aunque obvio que parto con teléfono, iPod y de puro flojo no me llevo el DVD.
Nos vemos a la vuelta, cuídense y pásenlo bien.

JUL

miércoles, junio 14, 2006

Estas dos semanas

Llevo ya dos semanas sin escribir. Qué se yo, ando completamente seco de inspiración y además mi vida fuera de la oficina ha sido poco y nada excitante. Por lo tanto, como latear nunca ha sido mi intención, no he actualizado esta cuestión.
Estoy con demasiado trabajo y me queda re poco tiempo para nada más.
De las pocas cosas fuera de lo común, debo comentar que la familia tiene un nuevo integrante. No se trata de más perros ni peces (jamás gatos, lo siento) sino de que la pieza de invitados ya tiene usuario permanente. Nuestro gran amigo Marcos está viviendo por un tiempo con nosotros, mientras se afirma en su pega santiaguina. Es de esperar que nos llevemos bien, porque claro, uno puede ser amigo de un personaje desde toda la vida, y quererse con locura, pero esa cosa azarosa y horrible llamada CONVIVENCIA, puede ser la muerte de amistades de años. Espero que éste no sea el caso. Hasta ahora, lo hemos pasado chancho y sólo el pobre Marcos ha visto disminuidas sus valiosas horas de sueño, gracias a tanta conversa y "traguito" semanal.
No me puedo quejar y decir que he salido poco. Fuimos hace unos días a danzar al Piso 33, una cosa bien entrete que está cerca de la Blondie. Precisamente la Blondie fue otro de nuestros destinos y la verdad es que dimos jugo como pocas veces.
No todo ha sido carretear tampoco, no vayan a pensar algo así de mi, no ven que después me desperfilo...Entre las actividades culturales se cuentan Match Point, la nueva peli de Woody Allen (que me dejó con un nudo en la guata que de sólo acordarme me vuelve) y una escapada al CCPLM, más conocido como Centro Cultural Palacio de la Moneda. Seguro que ya ustedes lo conocen, y si no, tienen que ir AHORA porque es maravilloso. Dato útil: para los "solos" o "solas", les recomiendo llevar el vestido de novia en spray en la cartera, porque los señores carabineros que te registran antes de entrar al Patio de los Cañones, fueron escogidos mediante un casting, sin duda alguna. Yo quedé helado porque no me esperaba tanta minez junta. Ellos te pasan un detector de metales para la cosa de la seguridad, y me arrepentí de no haber llevado una metralleta o algo así, para que me hubieran sometido a una revisión....no sé...más EXHAUSTIVA...

A propósito de minos, me vi forzado a ir donde mi oftalmólogo de cabecera porque mi ojo derecho sigue enrojeciéndose sin motivo aparente. El doc es exquisito, qué quieren que les diga. Es taaaaaaan amoroso conmigo.
- A ver, Julius, pon tu CARITA acá-
-¡Pero mira cómo está tu OJITO!-
-Están todos tus VASITOS irritados...-
-A ver, pestañea- Y yo le bato las pestañas descaradamente con mi mejor sonrisa, jajajajaja.
No puedo decir otra cosa más, que me fascina el doctor del pelo de helado de piña. Yo insisto en que nos llevamos tan bien, que después de la consulta, no sería para nada fuera de lugar que nos pusiéramos a ver tele abrazados comiendo chocolate.
Bueno, que al final son puras fantasías, mejor no sigo que esto lo lee JP.

A propósito de este santo hombre llamado JP, hemos estado como el perro y el gato desde hace semanas. No es primera vez que pasa. Quizás sea algo cíclico, o alguna caprichosa conjunción planetaria quizás, pero estamos en la típica fase en que peleamos hasta por la marca de la cerveza. Yo ahora le bajo el perfil, porque la cosa ya está más tranquila, pero el fin de semana casi me convertí en un potencial protagonista de "Mea Culpa" o alguno de esos otros programas pésimos de TVN. Tuve muchísima rabia y harta pena, pero lo que me gusta es que un sencillo "perdóname" que sale de la boca de este sujeto, hace que me de cuenta que no hay pelea , banal o importante, que haga que lo quiera ni un gramo menos. Qué le voy a hacer, estoy patéticamente enamorado de Pastel y no hay nunca nada realmente importante que me haga pensar diferente.
Ya, me puse mamón, pero ustedes sabrán entender. Es tarde, debería estar hace siglos en mi casa viendo VH1 y acá estoy, pegado en la oficina, tratando de sacar una pega rechazada por enésima vez...Lo bueno es que mientras escribo, me tomo un delicioso pisco sour de botella. Porque si, acá se trabaja mucho, pero tratamos siempre de buscar la excusa para no pasarlo del todo mal.

Salud!

JUL.