Entre sábado y domingo

Me cargan los matrimonios. Alguna vez se los conté. El sábado entonces, me vi forzado a ponerme camisa y chaqueta (corbata jamás, insisto) porque se casó la Camila. En todo caso, lo interesante y conveniente fue que llegamos a la fiesta. Así si que me gustan los matrimonios. Yo por mi siempre me saltaría la ceremonia, el saludo a las viejas, el video, las fotos, la liga y la comida estirada y latera. O sea que al final lo del sábado fue como ir a un carrete hetero, muy multitudinario y un poco overdressed.
Primero nos juntamos en la casa con la gente de la oficina de JP, a hacer el "pre-dance" porque claro, había que calentar motores para ir a asaltar el bar del matrimonio y disponerse a bailar los clásicos éxitos de este tipo de eventos; cumbiarachas, éxitos funky ultra trillados, rocks latinos idem y reagettones varios.
La Camila estaba más guapa que nunca, MUY arriba de la pelota y sacando chispas en el dancefloor vestida de novia y con regias zapatillas Converse. COOLEST BRIDE EVER.
Yo, como no estoy acostumbrado al alcohol...al par de horas ya estaba listo para interrumpir las transmisones, pero el mesón de postres, los tapaditos y el consomé me devolvieron la cordura y el equilibrio como para no dar la nota en un matrimonio donde literalmente no conocía a nadie y que además era de lo más pituco que me a tocado últimamente. Mención aparte la cantidad de minos, era para morirse. Para el lado que te dieras vuelta, un wachón se aparecía. Todo muy sub-25, que no es mi target, pero igual nomás. Lógicamente, como yo debo estar pagando el karma de alguna vida anterior donde me porté pésimo, sólo fui acosado por una invitada ultra cargante. Y claro, como yo soy encantador, igual le di boleto un buen rato, pero cuando yo ya estaba en pleno "perreo" con la lola y el baile ya parecía acrobacia porno, me tuve a arrancar de la cargante, como si fuera transmisora del hanta.
Existe ese tipo de personaje. La típica chica guapa, con mucha personalidad, que no hacen más que saber que uno juega para el otro equipo (metáfora mundialera, mínimo), para pegarse a ti como chicle caliente y dárselas de vampiresa en una parada tipo "no podrás resistirte a mis encantos, yo te haré cambiar porque soy irresistible para todos los sexos"...de sólo acordarme me dan enormes ganas de bostezar.
Lo pasamos increíble, si todos los matrimonios fueran así, me encantarían y hasta me transformaría en un wedding crasher.

Al día siguiente me levanté como pude, para ir a almorzar con una prima que cumplía años. Mala idea el concepto de restaurant de tenedor libre. Como yo soy como los perros y jamás experimento sensación de saciedad, estuve a punto de comerme el arreglo de mesa y el globo en forma de poodle que un payaso aterrador le regaló a mi sobrina. Lógicamente quedé con el ombligo salido y debo haber subido dos kilos por lo bajo. Comencé ese mismo día a hacer abdominales.

En el metro, en mi mismo vagón, venían dos tipos en sus veintes, bastante guapos, pero en una onda media Chayanne, if you know what I mean... No era difícil darse cuenta que eran pareja por la forma en que hablaban y se miraban, pero cuando de golpe y porrazo comenzaron a atracar como si el metro fuera a explotar en un minuto, juro que me impacté bastante. Además el carro iba lleno. Junto con el impacto, me encantó el gesto y que la gente mirara, pero rápidamente se hicieran los tontos y miraran a otro lado. ¿Qué había pasado? ¿habría yo entrado en coma de tanto comer en el Gatsby y no me había enterado que Chile había avanzado diez años? No, era sólo la Gay Parade. Ahí empecé a cachar que aparte de los besucones, habían varios colibríes más en los alrededores, la estación olía a sección de perfumería de Falabella y su servidor fue admirado y guiñado por más sujetos de lo normal...

Llegando a la casa, con Marcos decidimos ir a la famosa manifestación. Hace algunos años, debo reconocer, que no hubiera ido ni aunque me pagaran. No era porque alguien me fuera a ver, ni que me atacaran los neonazis araucanos de este país. Qué se yo, lo encontraba demasiado rasca, para qué me voy a hacer el políticamente correcto a estas alturas. Pero la verdad es que ahora me pareció lo mínimo que uno puede hacer si después va a andar quejándose por los derechos, la igualdad, la cacha de la espada y la pata de la guagua. Estoy chato del discurso ese de que a estas marchas van puras locas fuertes y travestonas, y que "no me representan", "crean un estereotipo negativo bla-bla-bla" MENTIRAS!! El que no va es por que "se le hace".
En fin, que saqué a JP de un ala de la cama y partimos los tres, con toda la intención de hacer historia. Avanzábamos por el centro, camino a La Moneda y yo sentía que la imagen era igualita a La Libertad Guiando al Pueblo, de Delacroix.
CRASO ERROR, parece que fuimos demasiado tarde, porque estaba último de fome. Dimos un par de vueltas, vimos a las personas pasar, nos reímos de la mayoría, nos enternecimos con un señor muy fino que había ido con su mamá y nos devolvimos bien lateados...Pero bueno, estuvimos, vimos y bis fuimos, ya tendrá que tomar vuelo, digo yo.

Más tarde nos juntamos con la Dulce, que se devolvió de su natal Paraguay, porque según ella, Chile es lo mejor de lo mejor. Yo cada vez que me lo dice, la miro con cara rara y pienso que la pobre perdió la chaveta, pero puede que de a poco le empiece a creer. Quiero creer que de a poco, Chile está cada vez más cool.