lunes, diciembre 17, 2007

¿Y pa qué te enojai?

Me cuesta enojarme.
Lo que no significa que a menudo me den rabia miles de cosas que la gente dice o hace, que me pueda pelear con amigos, compañeros de trabajo, familiares o vecinos. No tiene nada que ver con que cierta gente, sencillamente me caiga pésimo y a las cuales de partida, no miro, no saludo o por el contrario, me esmero en despreciar y que lo noten.
Lo que quiero decir es que si me pongo a mirar para atrás, me cuesta encontrar situaciones en que me enojé con alguien y la relación se cortó. Eso del odio parido, del rencor y la vendetta se me da pésimo. Tal vez tenga muy buen ojo para saber a quién darle mi confianza y mi amistad a las personas y nunca me he involucrado con personas intrínsecamente malas. Y cuando digo “malas”, me refiero a personajes de la onda de Adriana Godán de “Los Títeres”.

Claro que me enojo con las personas de vez en cuando, si tampoco soy la Madre Teresa, pero la tontera me dura menos que un completo en un cumpleaños.

Cuando chico me pasaba que me enojaba con x amigo y nos dejábamos de hablar por meses. Luego de esos meses, me ponía a tratar de recordar el motivo del problema y la verdad es que jamás me acordaba. Tonteras, no eran más que tonteras. Entonces, ¿qué queda por hacer?, echarle tierra a todo y tan amigos como siempre, ¿o no?

Me pasa incluso ahora de grande. Las grandes peleas con JP, esas con gritos y llantos se pasan a lo más a los dos días y les juro que tengo que hacer un gran esfuerzo por recordar cuál fue el motivo pasados unos meses.

Entonces me cuesta entender a las personas que van por la vida coleccionando enemigos, hablando por la espalda o soltando/inventando rumores a modo de torpe venganza, por cosas que a veces simplemente no tienen importancia.

No me entiendan mal, si sé que hay gente que merece ser lapidada por vaca y mal intencionada. Pero de verdad creo que la “bajada de cortina” y la borrada del panorama mental es el mejor castigo para el agresor y el mejor remedio para el alma.

Enojarse consume muchas energías y al menos yo, energía es precisamente lo que a veces me falta para hacer todo lo que tengo que hacer. Qué saco con alimentar la desilusión de por ejemplo, una amiga que para salvarse el pellejo me dejó de copuchento y mentiroso? Probablemente nada. Claro que no todo se borra y todos sabemos que una antigüedad trizada y pegada ya no vale lo mismo, pero ¿es como para no poder estar en la misma fiesta de vez en cuado y conversar y reírse de buena gana?

Este post me está saliendo como de gurú al peo, de verdad que no quiero que piensen que voy predicando la bondad por la vida, que lata. Pero lo que en serio me revienta son las personas que andan por la vida sin sentido del humor, tomando todo de la forma más grave posible y destilando negatividad al pasar.

Por lo demás, sigo creyendo firmemente que todo el mundo la puede cagar de mil maneras diferentes. Yo me he mandado condoros toda la vida y agradezco a quienes me dieron la famosa segunda oportunidad.

Perdonar engrandece a las personas que conceden el perdón. No es sencillo a veces; tal vez es tan difícil como pedir disculpas.

Me gusta pensar que lo que les cuento es un signo de madurez. Creo de verdad que lo es.

Saludos!!

JUL

7 comentarios:

Juano dijo...

Pensemos que más que un signo de madurez es el espíritu navideño que se aproxima a pasos agigantados.

En todo caso, con unos amigos hace un tiempo concluíamos que uno de los secretos de la felicidad está en el olvidar, yo soy feliz porque olvido.

Slds

Blefaroplastía dijo...

ay.

Te creo, pero convengamos que es un pós con algo de enojo. En el tono, al menos.

En todo caso no creo que sea malo perse. Un enojo proporcionado al estimulo y autolimitado me parece sano. Agarrarse a combos por gamba o quedarse pegado para siempre como la Artemisa (para usar el mismo referente) y planear revancha y custiones raras ya no me va. Ahi concuerdo. Tampoco si es custión de todo los días.

Yo soy gruñon, pero son enojos flaites. Poniendose un poquito cargosientos y con unos atutus o unos "¿acaso es tuyo el aire?" se me quita rapidito.

Antes era más sentío, pero estoy aprendiendo.

Gracias guru por la lección.

Eso

B.

Remus dijo...

Te leía, todo buena onda, pero reconozco que esperaba el momento en que dijeras "pero el otro día pasó tal cosa... o fulanito de tal me hizo esto... y dejé la escoba, le pegué un patada a la mesa, me acordé de toda su familia, etc."
No sé, como que me faltó el climax dramático. Bueno, quizá eres más maduro que yo.

Abrazo!

Carlitos dijo...

situaciones olvido, personas se me quedan en al retina, no soy rencoroso, pero hay una cosa corporal con aquella gente que me ha hecho algun daño.
bien dicho corporal porque es más fuerte que yo.

en el resto de mis relaciones humanas a veces ni me doy cuenta y ni siquiera se de que me estan pidiendo disculpas o perdòn.

saludos!
c.

Palomis dijo...

El enoja, la envidia, siempre te pones a pensar en esas cosas en fin de año.
Todos agradecemos la segunda oportunidad, sobretodo cuando metiste la pata a fondo, he sido capaz de "agachar el moño" y pedir disculpas y tambien dar las segundas oportunidades.
Te sirve para crecer y hacerte mas grande.
baccio e un hug per voi
Colomba

Pablillous dijo...

generalmente se me olvidan las cosas y se me quita el enojo, pero si me he quedado pegado en cosas y reconozco que hay un "amigo" que si lo viera en la calle , creo que lo escupiria en la cara..

sorry las ensenanzas de Coello y la madre Teresa no me han hecho mucho efecto..

galgata dijo...

¡Toda la razón!

A mí también me pasa que me preguntan "porqué me enojo". También me carga hacerlo, pero he cachado que es mejor que pase y dejarlo pasar que guardárselo para siempre... yo creo que de ahí salen después quienes se envenenan por dentro por no molestar, y luego lo están en mala onda, con ellos y con los demás.