Los 5 años

Y finalmente cumplimos los cinco años con JP y yo creo que este puro fin de semana envejecí cinco años de un paraguazo.
Como en mis mejores y más brillantes épocas de carrete sin control, todo comenzó el viernes, apenas puse una pata fuera de la oficina. Igual ese día lo pasé bien pésimo: Me fue como el butt en una reunión con una clienta de mierda, que debe ser dos años menor que yo, y la pendeja rota se da el lujo de ningunearme y palabrearme por teléfono. Pero como yo ando de lo más relajado por la vida, no dejo que la cosa me afecte mucho.
La cosa es que apenas fue una hora decente para hacer abandono del templo del trabajo, en favor de un fin de semana de emociones y excesos, agarré mis cosas y me fui al Amorío, donde iba a estar JP, la Romi y la Vivi. Hasta ahí todo bien, muchas risas, todo muy rico, varias Kuntsmann torobayo y calabaza. El lugar está bonito, lástima que NO está atendido por sus propios dueños. Debo reconocer que iba camino al lugar, reviviendo la fantasía adolescente que tengo, que consiste en flirtearle la noche entera a Benjamincito Vicuña. Si amigos, se que mis gustos son bien obvios, pero no lo puedo evitar, tengo un crush enorme con este chiquillo...más aún ahora que se ve tan roto y cochinón en ese trailer de una serie nueva del trece, cuando habla de los diferentes nombres que se le dan a las marraquetas. Hasta la palabra "marraqueta" adquiere un sonido libidinoso cuando lo dice él. Qué ganas de marraquetearlo bien marraqueteado.
Bueno, me alejé totalmente del punto, luego del Amorío y sin rastros de este señor, nos fuimos a la casa con JP para cambiarnos de ropa. Mientras escuchamos el nuevo y flamante playlist que hice para mi iPod, que se llama "Para días lluviosos" (inspirado en un post de Dix), que contiene 35 canciones con la palabra RAIN en el título (me quedó de lujo), nos tomamos un par de piscolones para calentar motores y nos fuimos al 105 para juntarnos con Marcos al "pre-dance". Ahí fue un poco más de lo mismo, un par de tragos más (yo ya estaba bien "alegre"), mucha gente, y mucho reírme del par de locas horrendas que intentan insistentemente, fin de semana tras fin de semana, engrupirse al dueño, que hay que reconocer, está como quiere, a pesar de su peligroso y descontrolado sobrepeso.
Todo este preámbulo era para llegar al Fausto a una hora adecuada, porque claramente no íbamos a llegar a las 12, jamás. Y este sábado HABÍA que ir porque estaría Nicole en carne y hueso. Y como Julius y todo su círculo de amistades son los fans N°1 de esta chiquilla, lo mínimo era ir a apoyarla. Lógicamente que ya tengo mis entradas para el concierto del jueves y hoy mismo mando a JP a comprar el álbum nuevo, pero eso es harina de otro costal. En el taxi hacía el Fausto, fui testigo de una performance muy bizarra de Marcos, que iba sentado adelante con el chofer:

Taxi Driver: ¿Y va a estar bueno el Fausto hoy?
Marcos: Si, va a estar increíble, porque se presenta la Nicole.
TD: ¿Quién es Nicole?
M: ¿Pero cómo?, ¿no conoce a Nicole???!! La cantante chilena...
TD: Mmm...no, no se cual es
M: ¡Pero si es lo mejor!! Tiene que conocerla, es una que cantaba desde cabra chica
TD: ¿y qué canta?
M: a ver...conoce esta (aquí es donde Marcos comienza a CANTAR en el taxi): "Tal vez, me estoy enamorando, qué me estará pasando, la ra la ra la lá..."

Con JP nos agarrábamos la guata riéndonos, porque la verdad es que nadie puede ir en el taxi cantándole al chofer. No nomás.

Llegamos al lugar, y no cabía un alfiler. Nos encontramos con 1/2 mundo y bailamos y tomamos en exceso. El show muy divertido y Nicole muy mina y cool. Parece que la amo heavy. Igual nos quedamos con gusto a poco, porque de cantar, nada. Pero igual gritamos como si fuera Madonna.
Hace tiempo que no me quedaba en el Fausto hasta el cierre y feliz me hubiera quedado un buen rato más, porque estaba en ese punto exacto de la borrachera que suelo llamar "dejas de bailar y cagaste". Un rato antes nos habíamos encontrado con Benjamín a.k.a "la tentación viviente" (no Vicuña, se entiendo, si todavía no ando con deliruim tremens), con Claudio o Carlos o whatever, ese tipo taaaaan simpático que se acuerda de nuestros nombres siempre y yo ni cacho quién es, y debí sacarme de encima a un impresentable que me abrazaba y que me rogaba que bailara con él ("sólo un baile, por favor, te he seguido toda la noche").
Salimos del Fausto y necesité irme caminando, porque mis pulmones clamaban por algo de aire puro. No recuerdo cómo llegué a la casa, sólo se que me fui tomado del brazo de JP todo el camino, cual anciana de asilo. Marcos se perdió en el camino, en alguna numeración de Bellavista que no recuerdo...

Al día siguiente despertamos con JP, nos miramos y nos dimos cuenta que nos veíamos regios para participar en un casting para alguna secuela de "La Noche de los Muertos Vivientes". Nos demoramos varias horas en decidirnos a salir de la cama, pero finalmente lo logramos.
Cuando ya se acercaba la noche, había que salir a comer, porque mal que mal, teníamos un aniversario que celebrar. Nos decidimos por ir a la Peluquería Francesa, que ahora además tiene un restaurant que está en la misma casa, el "Boulevard Lavaud". Yo, para ser sincero, estaba bien reacio a ir a este lugar, porque me imaginaba que iba a haber mucho pelo dando vueltas y que la comida podría tener alguno, guácala. Pero la verdad es que mis temores eran bien idiotas, lo asumo. Qué les puedo decir. ¡¡¡ES EL LUGAR MÁS COOL DE SANTAGO!!!!, o sea, imagínense una casa enorme, del año de la corneta y absolutamente recargada de antigüedades y "memorabilia capilar". Les prometo que no exagero, o sea, hay cientos de rincones increíbles, piezas y más piezas llenas de mesitas, sillones, secadores de pelo tipo huevo, sillones de barbero, etc, etc. Lo mejor de todo es que casi todo está a la venta, o sea que la mezcla es como: peluquería-restaurant-feria de antigüedades. La comida exquisita y los precios razonables. Yo juraba que lo más alucinante en materia gastronómica era el Zuly, pero ahora tengo un nuevo favorito. Se los recomiendo, vayan, está en Compañía de Jesús con Libertad, pleno barrio Yungay.
Esa misma noche, bien poca energía nos quedaba ya para seguir tonteando, así que nos devolvimos a la casa a celebrar de manera más "casera", ustedes sabrán entender.
Por último llegó el domingo, con toda su tranquilidad y languidez. Vi la exposición de Elliott Erwitt (buenísima) en el Bellas Artes y como nos daba lata cocinar, nos fuimos a una picada peruana que terminó siendo el segundo gran descubrimiento del fin de semana. El lugar? el "Ají Seco" (San Antonio 530). Al entrar, me di cuenta que era como estar en Perú (yo hablo de puro asomado, porque nunca he ido, pero al menos así me lo imagino). Digo esto porque estaba absolutamente lleno de peruanos. El lugar es bien grande, como la Piccola Italia, pero versión peruana y MUY popular. Que los real peruvians vayan a comer allá, ya es un buen indicio de la calidad de la comida. Los precios, baratísimos y las cantidades de comida, casi una rotería por lo abundantes. El chicharrón de pescado era para llorar de alegría, el pisco sour perfecto, la Inka Cola heladita, todo bien preparado, aliñado y atendido. Creo que jamás volveré a pisar un Eladio, la picada oficial será para siempre el "Ají Seco".

Y eso fue más o menos el fin de semana, leyendo todo esto me doy cuenta que a pesar de los excesos, estuvo todo bien balanceado. Lo mejor, lo de cumplir los 5 añod con JP. Cuando hicimos el brindis de rigor, no dijimos nada muy dramático ni muy cursi (gracias a Dios ninguno de los dos es muy amigo de la cosa poética ni de los pergaminos Village), en cambio JP sólo dijo: "Porque parece que esto resultó"

Estoy más feliz que la cresta.

Besos y abrazos para todos.

JUL.