domingo, diciembre 23, 2007

El enorme televisor en blanco y negro

En 1985 yo tenía 12 años.
Una tarde de julio estábamos almorzando, mi madre, mi abuelo, mi hermana y yo en el comedor de diario. Mirábamos las noticias del medio día en un enorme televisor en blanco y negro, cuando una historia llamó mi atención.
Cundía el pánico en Estados Unidos por el masivo brote de una nueva enfermedad que desde hace un tiempo ocupaba las primeras planas y generaba la atención del mundo entero.
Por un motivo puntual, el mundo se daba cuenta que no se trataba de un hecho aislado, de una exageración o de un fenómeno lejano y sin importancia. Rock Hudson, el galán hollywoodense por definición, reconocía que lentamente moría de SIDA, una extraña enfermedad que avanzaba con fuerza entre la población homosexual del primer mundo. Rock Hudson además, de esta ingrata manera, salía forzosamente de un clóset que lo había cobijado la vida entera.
Mi madre estaba completamente perpleja. Ella nos había hecho ver, a mi hermana y a mi, esas comedias que el guapo Rock había hecho con Doris Day a finales de los 50.
Con mi hermana nos sabíamos de memoria los chistes de “Pillow Talk” y de “Send me no flowers”, tremendas comedias donde este señor canchero y encantador, seducía a la siempre neurótica Doris.
Las personas caían como moscas. Los sistemas de salud no sabían cómo reaccionar. En algunos estados, los servicios funerarios se negaban a recibir a las víctimas del SIDA, nadie sabía cómo se propagaba la enfermedad, no había cura, tratamiento o vacuna para el mal que se llevaba a buena parte de los homosexuales del mundo de manera cruel y aterradora. A Hudson le habían encontrado el virus incluso en las lágrimas. Me imagino lo mucho que él habrá llorado.
“La peste rosa”. Así lo llamaba el periodista del trece, mientra en la mesa nadie despegaba los ojos del enorme televisor en blanco y negro.
Mi comida se enfriaba y la sangre se me subía a la cara.
En 1985 yo tenía 12 años. En ese entonces, ya sabía perfectamente que era homosexual. Estaba en plena pubertad. Era la época en que estaba comenzando a planear mi futuro bajo la curiosa realidad que me había tocado. Era la época en que leía todo lo que llegara a mis manos acerca del tema. Cuando esperaba con ansias que llegara el momento que comenzaran a aparecer mis pares, para poder compartir todo lo que estaba comenzando a sentir y para no sentirme como que era el únco del planeta al que le gustaban los hombres.
El enorme televisor en blanco y negro me jugó la peor broma que algo o alguien me haya jugado en la vida.

Cagúe-pensé.

Esta cosa debe volar por el aire y apenas una loquita estornude cerca de mí en la calle, me voy a infectar de SIDA. Como soy homosexual, el virus se anidará en mí y no pasarán dos años y yo ya estaré muerto.
Sencillamente no era justo. Todo no podía terminar antes de siquiera empezar.
Probablemente iba a morir antes de tener siquiera edad suficiente para sortear el primer escalón de la calificación cinematográfica.
Iba a morir además, virgen. Seguro. Probablemente sin siquiera abrazar de manera romántica a algún amiguito del colegio.
Rock Hudson miraba desde la pantalla, delgado, arrugado y con esa extraña apariencia, asustada y entregada de los desahuciados.
No pude terminar de almorzar ese día. Era imposible seguir sentado en esa mesa con el huracán de pensamientos e imágenes en la cabeza.

Afortunadamente, los diarios y la televisión fueron paulatinamente entregando información de mejor calidad, o al menos quitando parte de los errores y el sensacionalismo. Continué devorando información hasta que por fin pude armarme un panorame medianamente informado y pudo volver a respirar y almorzar normalmente.

El SIDA jamás dejó de ser un tema. Sólo unos años más tarde me golpeó en la cara, cuando un primo de mi papá murió silenciosamente y sin que prácticamente nadie se entrerara. Si bien lo había visto un puñado de veces en toda la vida, él quería mucho a mi mamá y me sorprendía cómo jamás se olvidaba de los cumpleaños. Cada 24 de septiembre recibía un llamado suyo desde Valparaíso. Hasta que un año el llamado no llegó. La noticia de su muerte llegó tardía y confusa. Ni siquiera me acuerdo de la mentira. ¿El hígado? ¿un infarto? Da lo mismo. Ni siquiera se dónde está enterrado. Supongo que nunca podré pasar y decirle que si las cosas hubieran sido diferentes, quizás hubieramos sido buenos amigos en el futuro, que para él jamás llegó

Han pasado ya 22 años de ese almuerzo. Si bien no existe aún una cura y mucho menos una vacuna, el problema ya es un tema cotidiano. Y afortunadamente, quienes pueden acceder a un tratamiento correcto y costoso tienen fantásticas expectativas de vida.
El SIDA pasó a ser un problema de africanos hambrientos y modificó la conducta de una buena parte de la población mundial con cierto acceso a la educación.

Aún así, que tire la primera piedra el que no ha temblado al momento de recoger el famoso exámen, jurando que “nunca más”.

Nunca he podido olvidar ese almuerzo de julio de 1985. Si hago un esfuerzo por recordar con mayor claridad puedo incluso volver a sentir el nudo en la garganta y el torbellino en el estómago.
Rezo por mis amigos que tuvieron mala suerte y un momento de descuido; aguanten chiquillos.
Al resto, cuídense. Siempre.
Al menos hasta que todo esto pase y se transforme en sólo un recuerdo. Como la imágen borrosa que entrega un enorme televisor en blanco y negro.

Besos y abrazos a todos.

JUL.

lunes, diciembre 17, 2007

¿Y pa qué te enojai?

Me cuesta enojarme.
Lo que no significa que a menudo me den rabia miles de cosas que la gente dice o hace, que me pueda pelear con amigos, compañeros de trabajo, familiares o vecinos. No tiene nada que ver con que cierta gente, sencillamente me caiga pésimo y a las cuales de partida, no miro, no saludo o por el contrario, me esmero en despreciar y que lo noten.
Lo que quiero decir es que si me pongo a mirar para atrás, me cuesta encontrar situaciones en que me enojé con alguien y la relación se cortó. Eso del odio parido, del rencor y la vendetta se me da pésimo. Tal vez tenga muy buen ojo para saber a quién darle mi confianza y mi amistad a las personas y nunca me he involucrado con personas intrínsecamente malas. Y cuando digo “malas”, me refiero a personajes de la onda de Adriana Godán de “Los Títeres”.

Claro que me enojo con las personas de vez en cuando, si tampoco soy la Madre Teresa, pero la tontera me dura menos que un completo en un cumpleaños.

Cuando chico me pasaba que me enojaba con x amigo y nos dejábamos de hablar por meses. Luego de esos meses, me ponía a tratar de recordar el motivo del problema y la verdad es que jamás me acordaba. Tonteras, no eran más que tonteras. Entonces, ¿qué queda por hacer?, echarle tierra a todo y tan amigos como siempre, ¿o no?

Me pasa incluso ahora de grande. Las grandes peleas con JP, esas con gritos y llantos se pasan a lo más a los dos días y les juro que tengo que hacer un gran esfuerzo por recordar cuál fue el motivo pasados unos meses.

Entonces me cuesta entender a las personas que van por la vida coleccionando enemigos, hablando por la espalda o soltando/inventando rumores a modo de torpe venganza, por cosas que a veces simplemente no tienen importancia.

No me entiendan mal, si sé que hay gente que merece ser lapidada por vaca y mal intencionada. Pero de verdad creo que la “bajada de cortina” y la borrada del panorama mental es el mejor castigo para el agresor y el mejor remedio para el alma.

Enojarse consume muchas energías y al menos yo, energía es precisamente lo que a veces me falta para hacer todo lo que tengo que hacer. Qué saco con alimentar la desilusión de por ejemplo, una amiga que para salvarse el pellejo me dejó de copuchento y mentiroso? Probablemente nada. Claro que no todo se borra y todos sabemos que una antigüedad trizada y pegada ya no vale lo mismo, pero ¿es como para no poder estar en la misma fiesta de vez en cuado y conversar y reírse de buena gana?

Este post me está saliendo como de gurú al peo, de verdad que no quiero que piensen que voy predicando la bondad por la vida, que lata. Pero lo que en serio me revienta son las personas que andan por la vida sin sentido del humor, tomando todo de la forma más grave posible y destilando negatividad al pasar.

Por lo demás, sigo creyendo firmemente que todo el mundo la puede cagar de mil maneras diferentes. Yo me he mandado condoros toda la vida y agradezco a quienes me dieron la famosa segunda oportunidad.

Perdonar engrandece a las personas que conceden el perdón. No es sencillo a veces; tal vez es tan difícil como pedir disculpas.

Me gusta pensar que lo que les cuento es un signo de madurez. Creo de verdad que lo es.

Saludos!!

JUL

martes, diciembre 11, 2007

HOT, HOT, HOT

No chicos, no es un post calentón ni una entrega cargada de confesiones de alcoba. Es sólo el lamentable estado de mi oficina, gracias a las temperaturas globalmente caldeadas y de la pobre excusa de aire acondicionado que tengo acá.

Estoy tan atontado por el calor, que he comenzado a hacer cosas estúpidas, como por ejemplo, marcar el teléfono en el teclado del computador (2 veces hoy).

La cosa no pinta bien. Tengo vacaciones acumuladas, que pensaba usar ahorita, en plan de emergencia, para escapar del calor y de la sicosis de fin de año. Pero apenas intenté tirar la idea, así como que no quiere la cosa, mis jefes me dejaron clarito de entrada, que ni cagando me sueltan en lo que queda de mes.

Mal, porque yo ya andaba con el switch de las vacaciones en posición ON y me faltaba poco para venir a trabajar en shorts.

En resumen, estoy tratando de poner mi mejor cara, sacar fuerzas de flaqueza y hacerme la idea que tendré que sacarme la cresta en este sauna, por un tiempecito más. Como se los he dicho en más de una oportunidad: El optimismo ante todo!!. Si total, uno ahora sale del trabajo de día y los happy hours están a pedir de boca. Los fines de semana están plagados de fiestas, viene Sophie Ellis Bextor, se abrió la temporada de piscinas y la gente anda más pilucha y feliz. No hay excusa ni para la depresión, ni para ser emo, ni escuchar a Morrissey o ser vegano.

Yo me la he pasado disfrutando harto de la vida, les diré. Desde que descubrí que estresarse de más en la pega sólo trae inflamaciones intestinales, me he relajado bastante y opero como si fuera un médico; si no me resulta lo que tengo que hacer, o no llego a tiempo con la pega, respondo con esa frase de cine que dice “Hicimos todo lo que pudimos” (pónganla a prueba, resulta la mayor parte de las veces). Entonces, decidí que el momento más importante del día es cuando llega la hora de salir de acá y se abre todo un abanico de posibilidades que pueden ir desde ver una película acostados y luego dormir, o a tener un carrete satánico/espontáneo en plena semana.

Exactamente eso pasó la semana pasada. JP me invitó a la inauguración de una exposición de fotos en el subterráneo del Santería. Son las fotos de Javiera Eyzaguirre y la muestra era una visión bien pop de imágenes clásicas católicas, onda santos y vírgenes. Bien buena, hay que decirlo, si te gusta la onda, por ejemplo, de Pierre et Giles o algunas cosas de Lachapelle. No se hasta cuando estará, así que apúrense, está a la subida de Chucre Mansur, restaurant Santería.
Bueno, la cosa es que no contentos con el pisco sour de cortesía, pedimos más en el restaurant. Luego nos pasamos al Amorío, su buen piscolón, su bailá y terminamos en el 105, saludando a los chiquillos y matando la sed. No me acuerdo de mucho más, salvo que terminé con JP y la Romi en la cuneta de Big Pan comiéndome un enorme churrasco italiano de madrugada. Si, tal cual, como si tuviera 15. Sin comentarios por favor.

Estuve en estado de coma la mayor parte del día siguiente. Sólo tuve energías para ir al teatro, a ver la reposición de “Mi Joven Corazón Idiota”, de la compañía Niños Prodigio. ¿Qué quieren que les diga? ESPECTACULAR. Súper sorprendente la creatividad del montaje. Lejos lo mejor que pueden ver. Por favor no se la pierdan, hasta mediados de enero en el Teatro del Puente, Santa María con Purísima, precios módicos, satisfacción garantizada. Y es LA obra que hay que ver esta temporada, créanme. Ver cualquier otra es de looser.
Igual ese día me porté bien, me tomé unas cervecitas en el cóctel, me encontré con Dr. McDreamy y me fui a la casa, a dormir.
Sábado, fiesta en los Juegos Diana de San Diego, mala y fome, pero lo pasé bien igual. Y el domingo, como para compensar y autoengañarme con lo de cuidar la línea, subi el cerro con JP y Lukas, para terminar con dolores surtidos en todo el body, lo cual me indica que...NO TENGO 25.

Pero la vida es corta. Es diciembre, hace calor, qué más se puede hacer??

Salgan y disfruten

Los veo por ahí.

JUL.

viernes, noviembre 09, 2007

Cosas comunes y corrientes que no se hacer

Nadar

Nunca aprendí, y nunca tuve las ganas tampoco. Cuando era un tierno querubín, era bien “de rulos” y me cargaba el mar y la piscina. Ahora me gustan un poco más, pero me ahogo si no toco fondo. Invariablemente mi cuerpo se va a pique. No logro flotar. Y no, no es porque esté obeso ni nada parecido. Sólo es que soy de huesos pesados.
Además, si el salvavidas de alguna piscina es mega mino, y me veo forzado a simular un ahogo para aprovechar la cosa del boca a boca, me va a salir mucho más natural que a todos ustedes.

Manejar

Me da pánico matar a una persona o peor, matar a un perro que se me cruce. Otra pesadilla recurrente es quedarme por toda la eternidad dando vueltas en la rotonda Pèrez Zújovic y no atreverme a salir jamás (se me acabaría la bencina, lo que igual sería aterrador). La sola imagen de un bus acordeón viniéndoseme encima, me produce náuseas. Así que por el momento sólo ando en bicicleta (que es bastante más peligroso) y supongo que algún día haré el famoso curso si me baja la tontera de comprarme un auto o JP me regala la VW Combi de mis sueños.
Me carga que la gente se espante cuando les cuento esto; como si necesitáramos otro idiota mas manejando en esta ciudad.
Para la próxima voy a inventar una historia bien shocking y dramática, como que me quitaron la licencia por atropellar a unas viejitas o que tengo un trauma infantil desde el accidente que me dejó huérfano. A ver qué cara me ponen entonces.

Agarrar cosas en el aire

Si me lanzas las llaves, un chicle, el encendedor o cualquier cosa que necesite que yo haga un “catch” en el aire, jamás lo voy a conseguir. La verdad es que con un poco de práctica y atención lo podría hacer fácilmente, pero es de rotos eso de andarse tirando las cosas y además, así pasan los accidentes. Sospecho que esto es algo absolutamente gay. Les apuesto que ustedes; el 90% de mis lectores, que también les cuesta esta cosa de la agarrá aérea...

Tocar guitarra (aplíquese a cualquier instrumento musical)

No hay caso. Cuando chico, el hermano de mi mamá insistió en que yo tenía que aprender a tocar guitarra. Me salieron callos en los dedos intentando sacar “Yo vendo unos ojos negros”. Nunca logré pasar de una postura a la otra. No tengo oído musical. A pesar de que siempre mi sueño fue ser estrella de rock y de que soy bien entonadito para el canturreo, mi ineptitud musical infantil me indicaba que mis máximas performances artísticas serían en un karaoke de mala muerte o frente al espejo del baño, con el cepillo de dientes de micrófono.

Viajar solo

Me encanta fantasear acerca de mí como un alma libre y misteriosa, cargando una mochila por destinos exóticos y llenos de aventura. Pero la realidad es otra completamente diferente. No se viajar solo. No entiendo términos como “check-in”, “boucher” ni “policía internacional”. Necesito que alguien me lleve de una ventanilla a la otra y que me diga qué papel mostrar, que me abroche el cinturón y que me busque las maletas. Luego de eso, me desenvuelvo de lo lindo, hablo con los lugareños, imito su acento para que no noten mi chilenidad y me desenvuelvo maravillosamente .


Hacer pipí con más gente al lado

Cero posibilidad de que en pleno viaje al sur, nos bajemos todos a la berma a mear en grupito. No señor. Yo necesito privacidad.
Tampoco puedo llegar a un baño público y mezclarme con los demás en el urinario. Prefiero esperar a que se desocupe una de las casitas o que el baño se vacíe por completo. No lo puedo evitar. No me sale el chorro. Incluso a veces he tratado de hacer terapia de choque y obligarme a hacerlo. No sale nada.
En plan porno podría ser ultra excitante. Pero cuando uno está que se hace, es un problema.

Me ha pasado millones de veces que estoy listo pa' la foto y justo se te instala un tipo al lado. Y como en este país la gente tiene la fijación de mirarle la tula al del lado, me cagan toda la onda y tengo que fingir que meo. NO PUEDE SER, no finjo los orgasmos y voy a fingir la meá!
Por la chita!


Hacer anillos con el humo del cigarro

A pesar de que llevo tantos años fumando como Don Miguel, nunca aprendí a hacer anillos. Al cabo que ni quería, hay que ponerse muy feo para hacerlos y es como de bacán de pub o de puta.
En realidad esta falencia la estoy poniendo para puro rellenar porque la verdad es que esto no tiene utilidad alguna.


Silbar muy fuerte o “chiflar” como dicen los rotos

No se cómo lo hacen. Tenía una amiga que se estiraba el labio inferior y era capaz de reventarte el tímpano. Tampoco he logrado hacerlo introduciendo ambos índices a la boca, a la altura de las comisuras, ni insertando unidos el índice y el pulgar en la boca. Supongo que es cosa de heteros.
Entonces, si ahora yo tengo que llamar la atención de alguien o necesito humillar y abuchear a alguien, tengo que silvar de la manera tradicional (just put your lips together...and blow) y esa estirada de trompa es muy ridícula y además que no te oye nadie.


Al final no eran tantas mis inutilidades como yo pensaba. Juraba que iban a salir millones más. Por otra parte si sumamos a todo esto las maravillas que SÍ se hacer, tenemos que soy bastante ideal. Cierto?

JUL.

jueves, octubre 11, 2007

keyword: TERRAZA

No he escrito nada y no se me ocurre nada tampoco, así que esto debiera ser un post sobre nada.

Me he portado re bien. Con decirles que sólo he salido a bailar una vez estas últimas dos semanas. Y el apartado “bares” se ha limitado solamente a un par de arrancadas al 105 y al nuevo “Guapa”, que está al ladito del Toro y que está muy guapo, vayan.

Decidí dejar de tomar el remedio para la alergia, porque ¿cómo tan cagao? Decidí curarme solo, como los perros. Si Lukas puede, yo también. Y lo fíjense que me está resultando, porque ya las molestias se limitan a una leve picazón en los ojos cuando cae la tarde y un par de estornudos sin importancia. Prefiero eso que andar quedándome dormido en todas partes. Además la caja del remedio decía que por ningún motivo manejara maquinaria pesada. Imagínense!!, uno nunca sabe cuando se verá forzado a manejar una grúa o una motosierra, así que mejor los dejé.

Nuevamente tengo vacaciones acumuladas, así que en cualquier momento me voy a arrancar un par de semanas de la oficina. Si bien no estoy cansado ni mucho menos, estos días de sol hacen que mire por la ventana y diga “debería estar allá afuera”. La palabra clave de esta temporada debiera ser “TERRAZA”, no creen? Así como en el invierno el concepto para mi fue “siesta calientita”, que consiste en dormir a media tarde, vestido y tapado con una manta chora, ahora la cosa es TERRAZA. Tengo ganas de hacerlo todo en la terraza. Hasta me gustaría tener una ducha ahí para bañarme al aire libre. El concepto Terraza se aplica también a tragos en lugares con mesitas afuera, asados y cualquier cosa “al fresco” como dice Lily Allen.

Otro punto relacionado a todo esto es el TF o Tono Fascinante. El año pasado no tomé sol, porque no me quiero arrugar tan rápido, pero como planeo hacerlo año por medio, y así no parecer una aspirina toda la vida, este verano me toca quedar color calugón. Más razón aún para reclamar esas vacaciones que tanto no necesito.

No se si les conté que por fin mi humilde salario se vio incrementado dado mi impecable desempeño. Todavía no siento que tenga más plata y la verdad es que el mes pasado me rotié mucho y llegué igual con números rojos a fin de mes. Estamos trabajando para que octubre sea diferente.

OCTUBRE. Cacharon que se nos fue el año ya? Fui a Ripley o algo así el otro día y ya tenían árboles de pascua. Absolutamente insano. Peor aún, cuando sea navidad, ya podremos ver los uniformes de colegio hacer su entrada triunfal, como macabro recordatorio de que cada vez quedará menos sol y calor.

En fin, escucho lo nuevo de Annie Lennox, “Songs of Mass Destruction”, me volví adicto a “La Ruina de Machu Picchu”, mi nuevo restaurant peruano favorito, justo detrás del Mercado Central (el mejor pisco sour de la vía láctea), me enamoré de Shia Labeouf, lo que indica que a pasos agigantados me transformo en un viejo cochino, volví a leer, soy Julius y represento a Recoleta, pero a la parte linda.

Besos y abrazos para todos.

JUL.

lunes, septiembre 24, 2007

34

Horror. Cumplo 34 años hoy. Qué número más fuerte…34.

El año pasado fue la edad de Cristo y la tontera, pero 34 suena fatal…no creen? Es por esto mismo que esta vez no se celebrará de ninguna forma estrambótica. La idea es que este día pase lo más tranquila y corrientemente posible.

De todas formas, no me molestaría PARA NADA que me dejaran sus saludos y por qué no; piropos y odas de amor y admiración. Súbanme el ego por favor, que lo necesito.

JUL.

jueves, septiembre 06, 2007

PrePrimaveral

Julius será nuevamente un soltero de primavera. O bueno, casi, porque mañana seguirá siendo oficialmente invierno, pero da lo mismo, se entiende igual.

La cosa es que JP se va con la Paz de safari de tiendas a Buenos Aires. Yo no voy porque me da lata (no tengo plata) y porque prefiero quedarme en la casa (tengo trabajo acumulado hasta el 2009).

Por una semanita la casa será mía, el control remoto será mío, podré dormir atravesado en la cama y contaré con mucho tiempo libre par dedicármelo exclusivamente a mi. Entre otras cosas, seguiré con mi estricta rutina de ejercicios, que es parte fundamental de la campaña “Por un Verano Sin Poleras”.

También voy a preocuparme de las plantas, podaré los bambú y haré una limpieza profunda del acuario, así en plan maniático.

Por otra parte, tengo que mandar a enmarcar un afiche de una película de los 60’s que me adjudiqué en una subasta por Internet y necesito pintar el cuadro que tengo planeado.

Ahora que lo pienso bien, estoy organizándome como si estuviera de vacaciones y la verdad es que para mí, la semana será igual a cualquier otra…

Bueno, con que haga la mitad de las cosas… o una, todo bien, no pienso preocuparme de nada tampoco.

Si, definitivamente ando con una actitud primaveral. Por eso que ando tan alegre y light. Y claro, por andar por la vida con la felicidad a flor de piel, es que uno pasa planchas también. Ayer, de vuelta de la pega, iba raudo en mi bicicleta, conectado al iPod, cantando a todo pulmón con el álbum de Pali (si, escucho a Pali), cuando sucede lo siguiente:

Pío Nono y Bellavista. Semáforo en rojo. Me detengo. Estoy solo, así que sigo cantando (TREMENDAMENTE desafinado y MUY fuerte, como hace uno cuando canta con audífonos)

-“Hoooy, no quiero estar en la ciudaaaaaad, donde está el sol quiero llegaaaaar, kilómetros de aquiiiii sin verte a tiiiiiii”

Cantaba yo feliz, cuando me doy cuenta que NO ESTOY SOLO…

Lo peor es que la persona que estaba parada al lado mío era el propio Pali.

MAL

Ojalá no haya escuchado (lo dudo) y si lo hizo, espero que no haya pensado que lo estaba hueviando.

Besos y abrazos para todos.

JUL.

martes, agosto 21, 2007

Julius Stinks

Apesto.

De verdad. Si cualquiera de ustedes, queridos lectores, que fantasean con su servidor, pudieran acercarse románticamente a mí, en este mismo instante, para cumplir sus afiebradas fantasías... correrían despavoridos en busca de aire fresco.

Si amigos, apesto a ajos.

Como volví a recaer con la “influencia”, gracias a un fin de semana de excesos y “destapadas de patas” varias, ayer estuve a punto de expulsar los pulmones de tanto toser y estornudar.

Entonces claro, me acordé de la receta infalible que me había dado Julio y anoche preparé “La Sopa de los Mil Ajos”…

Básicamente estamos hablando de una sopa de pollo común y silvestre, pero con la particularidad de que como ingrediente extra, le echas 10 dientes de ajo machacados…Se supone que el ajo, con sus innumerables cualidades medicinales (entre ellas el ser un antibiótico natural), te deja como nuevo luego de un colapso de calor insoportable e hiperhidrosis muy antisexy. Mientras la preparaba, me iba horrorizando cada vez más, porque en resumidas cuentas, 10 dientes de ajo equivale más o menos a una cabeza de ajo completa. La poción multijugos de Hermione sonaba como un juego de niños comparada con La Sopa de los Mil Ajos.

Pero me la tomé. Y me mejoré (¡YEI!)

El problema es que siento que huelo fatal, aunque según JP no es nada tremendo y en la oficina nadie me ha dicho nada. De todas formas, me siento como un pilpil andante, por lo que rechazaré todo tipo de requerimiento social y me iré a acostar apenas salga de acá. Sólo estoy en condiciones de hacer un city tour por Transilvania, nada más.

Había estado un poco desaparecido, porque he estado bien ocupado. Me enfrasqué en la lectura del último tomo de Harry Potter. Luego caí en una depresión tremenda porque se me acabó Harry Potter para siempre. Si, sé que es medio nerd y todo, pero me siento huérfano y devastado. No me interesa leer nada más (Snif)

Además he estado viendo miles de películas en DVD porque me decidí a devolver de una buena vez todo lo que me han prestado. Cumplimos 6 años con JP. Ha habido cientos de excusas para carretear, pasando por cumpleaños, inauguraciones de departamentos, nevazones y cumpleaños de Madonna. Me he portado mal, mal, mal; así que entenderán que no tenga mucho tiempo para escribir.

Cuídense mucho, no hagan como yo, que veo una hebra de sol y me lanzo a la vida como si estuviera en un capítulo de "Wild On!".

Besos y abrazos (o mejor no, hoy no les conviene)


JUL.


martes, julio 24, 2007

Dead...wrapped in plastic

Se quemó el televisor. Así de sencillo.

Un día domingo, hace sólo unas semanas, me disponía yo a pasar una tarde de flojera absoluta, viendo People & Arts y comiendo montañas de sandwichs, cuando el senil pero fiel aparato dejó de respirar. Era algo que debí haber intuido, dado lo pálido que se veía, a veces casi verdoso. Cada vez que tuve que zamarrearlo para que volviera en sí, debí haber notado que se trataba de la señal de que su vida se extinguía.

Con JP se nos vino el mundo encima, porque claro, en pleno invierno y en la mitad de la segunda temporada de Twin Peaks, quedarse mirando la muralla de la pieza no es ningún agrado.
Así que tuvimos que partir de compras, no nos quedó otra. Porque claro, uno puede hacerse el cool y decir “no veo televisión” o despotricar porque el 98% de la programación es basura, pero al menos yo, sin televisión no soy nada.

¿Quién chucha había matado a la pobre Laura Palmer?, ¿Qué sería de mi sin mis citas los lunes de madrugada con el Dr. Gregory House? Los domingos en la noche no serían lo mismo sin “Historias de Ultratumba” de Discovery Channel y qué decir de no poder seguir con mi sobredosis de películas de Mario Bava…Si amigos, la situación era insostenible.

Como la inversión en este tipo de cosas jamás es poca y como además todo ocurrió de improviso, recorrimos todas las tiendas habidas y por haber. Creo que sólo nos faltó Cocilamp y los Almacenes Enrique Guendelman. Finalmente, en una multitienda de serie B que no nombraré acá para no perder estilo, encontramos la oferta que no podíamos rechazar. Si, es cierto que nos roteamos con el tamaño y con la sofisticación, pero juro que en la tienda no se veía tan gigante…Como fuimos a comprarla bastante cerca y simplemente no podíamos esperar el despacho latero y mula, acarreamos un enorme plasma widescreen de 42 pulgadas por varias cuadras, con el peligro de perder varios dedos por falta de circulación o de morir acuchillados y asaltados por el lumpen. La cuestión pesaba más que una vaca en brazos y la caja era tan ridículamente enorme que ningún taxi pudo llevarnos, no crean que nos vinimos a pata de cagados, que la tontera ya había costado petrodólares.

Cuando terminamos de instalarlo, no podíamos creer lo enorme que era, pero al encenderla supimos que ese momento era el inicio de una hermosa amistad.

En resumen he visto tele como nunca. El viernes sin ir más lejos, dormí pésimo porque no pude dejar de soñar, la noche entera, con prom queens muertas y envueltas en plástico, conejos, Consuelo Saavedra, bailarinas sicodélicas, cirugías estéticas innecesarias, actores porno y el perrito de Lipigás.

Me imagino que todo debiera volver a la normalidad en un plazo corto. Si logré superar mi adicción al Playstation y a Internet, seguro que podré separarme paulatinamente del televisor de roto. Pero no se si quiero todavía…lo único que quiero ahora es llegar a la casa, acostarme y apretar “ON”

lunes, junio 18, 2007

These boots are made for walking

Cometí un “Fashion crime” muy, pero muy imperdonable por culpa del maldito frío, la ola polar y toda la tontera.

Pero claro, como uno no rejuvenece precisamente, y como ya he recaído dos veces este año con la fucking influenza (o “influencia” como dijo Montserrat Álvarez en la tele, believe it or not), decidí cambiar un poco de estilo por algo de comodidad y madura prevención. Partí a Easy y me compré el par de botas de agua más horripilante del planeta. Son verdaderamente feas. Un modelo negro Bata Industrials, de módicos $4.990.

Debo reconocer que cuando desperté la semana pasada y noté que llovía a cántaros, dudé si salir a la calle o no con semejante aberración en las patas, pero de sólo pensar en pasar el día entero con los zapatos empapados, me calcé sin dudar, mis recién adquiridas vergüenzas.

Sorprendentemente, no me veía tan mal. Con el pantalón tapando casi todo, habría que haberse fijado mucho como para notar que no llevaba unos bototos negros. Pero como mi idea no era mojarme los pantalones, ni tonto ni perezoso, me chanté las botas con los pantalones dentro. Harto hot se me veían. Las baratijas de goma barata, finalmente tienen harto de fetish. En serio, se veían muy sado, como de porno alemana. Sentí que me faltaban sólo unos suspensores, una gorra de cuero y listo. Anduve todo el día creyéndome de lo más irresistible y sintiendo que exudaba feromonas al pasar. Es probable que no haya sido así y que la gente en realidad se espantara por mis botas macabras, pero da lo mismo.
En una de esas termino imponiendo una nueva moda (aunque sospecho que no).
Para completar el atuendo pluvial, me compré un paraguas del porte de Australia, con el que aparte de protegerme de los aguaceros, me enredo en las ramas de los árboles, desarmo moños de viejas y picoteo peladas por las calles, pero como no me mojo ni de chiste, me importa poco.
El resultado de todo esto es que ahora lo único que quiero es que llueva, para salir cual Gene Kelly en “Singin' in the Rain” a chapotear por Santiago sin temor a terminar empapado y luego delirando de fiebre y pasándolo como el hoyo en cama.

Cuando era pendex, me las daba de alternativo y me creía Morrissey (hoy sin duda sería Emo), amaba el invierno y depreciaba el verano con todo su calor, alegría y piluchismo. Como me he ido poniendo más frívolo con los años (gracias a Dios), ahora tolero cada vez menos el frío y viviría feliz en un clima tropical, todo esto del grado bajo cero, me viene fatal.

A veces pienso que el clima está mucho más relacionado con las personalidades y estados de ánimo de cada persona, de lo que sospechamos. Como les decía; antes, hace unos 15 años, era infinitamente más depresivo de lo que soy ahora. Quería que mi vida fuera como una película de Robert Bresson, en blanco y negro, triste y fría. Hasta que un día me aburrí, subí el termostato y abracé el color, el calor y la alegría. No les voy a decir que de vez en cuando no disfruto una tarde fría de invierno o una noche llena de rayos y relámpagos. Pero ahora me muero de la lata de ver a Bresson (prefiero repetirme mil veces al bueno de Gene Kelly calándose hasta los huesos), dejé de huir del calor y sin duda que lo estoy pasando mucho mejor ahora.

No es tan difícil cambiar de estación. Sólo hay que saber hartarse de vivir en un invierno constante y de a poco, darse la oportunidad de dejar entrar un poquito de sol.

JUL.

lunes, junio 04, 2007

El caso de la cebollita perla

Eran casi las nueve de la noche del sábado. Estaba yo, en mi nuevo y folklórico supermercado amigo, comprando algunas cosillas para acompañar “Profondo Rosso”, la película de Dario Argento que sería mi excitante panorama sabatino de soltería (si, me quedé solo y no salí ni a la esquina, me acosté temprano, como una gallina vieja. YA, lo dije!!).

Bueno, la cosa es que, esperaba yo, pacientemente mi turno en la caja número 3, cuando noto que la cajera de la caja número 2 tose más de la cuenta.

“Pero por Dios, esta mujer… no debería estar trabajando así la pobre” – pensaba yo mientras me horrorizaba que los microbios llegaran por el aire hasta mi o cayeran directo en mis cervezas, mi pastrami o mi pan pita.

Cuando la pobre Yesenia comenzó a aletear como todo un ganso salvaje, me empecé a urgir de verdad. Porque claro, o la tipa estaba siendo poseída por Satán justo en ese momento, o me encontraba a punto de presenciar una muerte en vivo y en directo, cuando la idea original era ver sólo un par de asesinatos creativos, gentileza del signore Argento.

“Lo único que me faltaba, ahora me va a tocar ver como se muere esta otra, y capaz que hasta me lleven a declarar. Claro, como yo no tengo nada mejor que hacer que pasar la noche en una comisaría con este frío…Conchesumadre!!, qué le pasa a esta mina???!!!!” – Entremedio de mis egoistas divagaciones, me empecé a horrorizar, porque de verdad que la pobre pajarona se estaba poniendo azul y la gente, se empezó a juntar a nuestro alrededor, esperando el peor de los desenlaces.

En eso, mi cajera (Creo que se llamaba Maricarmen, o algo así), llama a “la Jefa”:

Jefa!!!!, Jefa!!!!, venga, apúrese que la Yesenia está trapicá!!!!

La jefa se acerca rauda, a pesar de su cojera (la “jefa” siempre es coja, no se por qué, fíjense), y comienza a levantarle los brazos a la pobre Yesenia, que para ese entonces ya parecía una prieta y seguro ya había sacado pasaje para ir a ver las flores por el lado de las raíces.
La jefa, que al parecer tenía un don natural para los primeros auxilios, luego de un par de certeros golpes a la malograda Yesenia, logra que ésta escupa lo que estaba a punto de llevarla a la tumba.

Una cebollita perla.

UNA CEBOLLITA PERLA.

Yo, aunque estaba al borde del shock, del ataque de risa y de morir de vergüenza ajena por tamaño espectáculo, mantuve mi postura impertérrita, tratando de dilucidar, qué chucha hacía una cebollita perla en la garganta de Yesenia…

La respuesta llegó cuando mi cajera, luego de cerciorarse que su compañera viviría, saca un pepinillo de una bolsa y se lo come…

“Jefa, jega, ya po’ sírvase un poquito más” le dice a la heroína de la noche.

“Ya, pero un jamoncito nomás niña, que me lo he comido todo yo!!”- responde la jefa

Fue entonces que descubrí toda la verdad…Mi cajera, Maricarmen, era la responsable de todo. Sobre su falda, una bolsa de plástico abierta…

El personal de cajas de Montserrat, estaba comiendo pichanga…

COMIENDO PICHANGA

CO-MIEN-DO-PI-CHAN-GA!!!!!

Maricarmen, encantadora como siempre, se despide y me sonríe, al mismo tiempo que muerde feliz un sendo pickle.

Sin ir más lejos, mi comprobante de Redcompra tenía su dedo marcado con jugo de pichanga.

Entenderán por qué digo que mi supermercado del barrio, es por lo bajo, “folklorico”.

Al día siguiente, fui a la casa de mi mamá. Juntos fuimos al Jumbo y entre delicatessen alemanas, tanta gente rubia y cajeras sonrientes y sin ningún tipo de escabechado ni encurtido entre los dientes, me sentí un poquito burgués nuevamente.

Qué agradable.

sábado, mayo 26, 2007

Julius Nightingale

Cosa rara que yo esté escribiendo un día sábado cerca de las 22:00 hrs. Por lo general estoy planeando qué me voy a poner o estoy saliendo de la ducha o me estoy arreglando la barba para matar en el dance floor de algún tugurio santiaguino.
Hoy debiera estar especialmente dedicado al nuevo y polémico bigote que me dejé, pero en vez de eso, estoy acá, escribiendo para no morir del aburrimiento.

El año pasado me esforcé y tomé jugo de naranjas recién exprimido cada día, más o menos desde marzo. Santo remedio. La concentración de vitamina C en mi organismo, me sirvio para pasar piola toda la temporada de resfríos y reírme de influenzas e inciciales o como se llamen esos bichos.
Este año, reconozco que me puse perezoso con el tema y con cueva exprimí un par de limones para hacer algún pisco sour.
Lógicamente, apenas este 2007 se puso frío, caí a la cama vencido por los microorganismos.
La cosa fue bien latera, con fiebre, tos y mocos al por mayor. Hasta falté un día a trabajar, cosa que de verdad no hago jamás.
Ya estoy 100% repuesto, no es esa la razón de mi claustro sabatino. El problema es que lógicamente contagié al pobre JP y me la he pasado de enfermero, cual Florence Nightingale, cumpliendo esa cosa de “cuidarse en salud y enfermedad”.
He estado preparando almuerzos, exprimiendo limones, preparando té y “flores pectorales” como una abnegada misionera…
Y claro, hacer todo esto me hace sentir bien, si me preocupa la salud de este individuo, pero también estoy que corto las huinchas por salir a mover el human body. Hace mucho tiempo que no pasaba un fin de semana completo en la casa y siento que se me va la juventud en esto (algo de juventud me queda, no sean desagradables, OK?).

Estoy tratando de auto convencerme de que todo esto me viene de perillas para desintoxicarme, hacerle un favor a mi piel y a mis pulmones. Pero para serles bien franco, me estoy convenciendo re poco de que todo esto sea algo positivo.

También me da lata salir solo. Como cada vez estoy más viejo y cómodo, me da lata lo de esperar el taxi, tener que regresar solo y en definitiva, tener que valerme por mi mismo cuando termino las transmisiones.

Por otro lado, como entre tanto microbio y flema, me tienen un poquito el "agua cortada", no quiero ni imaginar mi comportamiento con un par de rones de más en el cuerpo y con la pulsera verde de “soltero” que te cuelgan en cierto lugar de perdición al que estoy un poco adicto ultimamente. Prefiero no exponerme a solturas de trenzas a estas alturas. Porque claro, como calentar la sopa me encanta, me hago el choro y después me meto en cada lío… Imagínenese ahora con mi sensual bigotón a lo Magnum P.I., el éxito que tendría en la noche colisona santiaguina…
Supongo que lo mejor será asumir mi fin de semana de sacrificio, ver un par de películas, poner música rica, tomarme unas cervecitas y olvidarme de carretear.
Al menos hasta el miércoles.


Besos y abrazos para todos,

JUL.

miércoles, mayo 09, 2007

Presente!


Acá estoy, esto no estaba muerto.

Estuve a punto de inventar alguna cosa divertida, como que me habían seleccionado de un reality porno, que me había unido a una secta vegetariana o que me habían escuchado cantar en la ducha y me habían ofrecido lanzarme como estrella pop…

Porque claro, si no tengo nada que contar, lo mejor sería tal vez, inventar algo bien rimbombante como para entretenerlos un rato y darle un poco de aire fresco a este alicaído blog.

Pero como mi religión me prohíbe mentir, mejor será que los siga torturando con la misma rutina de fomedad a la que han sido sometidos en las últimas entradas de esta paginita.

Miro el calendario de vez en cuado y de verdad que es un tremendo chiste que estemos ya prácticamente en la mitad del año. Yo siento como que el año nuevo fue ayer y tengo la sospecha que me lo he pasado puro trabajando. Acá es donde ustedes piensan: “Que lata, este hueón ya se va a poner a hablar de la cantidad de pega que tiene”. Pero se equivocan. Tengo aún MÁS trabajo de lo normal. Por eso es que ni siquiera he tenido tiempo de leerlos y mucho menos de dejarles un comentario.

Bueno, como a veces también callar es lo mismo que mentir (creo que eso se denomina Mentira por Omisión), debo decirles que sí han pasado cosas interesantes, que me han quitado aún más tiempo de lo normal. Lo malo es que como uno tiene más de algún resabio de una educación semi católica y culposa, no es llegar y ponerse a soltar la intimidad así como así, con pelos y señales. Para eso existen otros blogs de altísima temperatura (a los que soy adicto, como imaginarán). Hasta había pensado abrir una cuenta paralela para poder dar rienda suelta a la expresión erótica, cual Anais Nin sin talento, pero como apenas tengo voluntad para escribir la lista del supermercado, prefiero evitar la fatiga. Además, ya me parece ñoño a ratos tener un blog, menos voy a tener dos.

Me compré una cámara digital y me saco fotos hasta de los dedos de los pies. Pero la sola idea de abrir un Flickr, un Fotolog o cualquiera de esas cosas, me da un poquito de lata.

Esa es la clave de todo. TODO me da lata. No me van a creer, pero hasta me está dando lata salir tanto por las noches. Tuve una sobredosis de Illuminati, con comportamientos reprochables y todo. Tanto hapy hour me ha desfinanciado y la verdad es que estoy pensando adoptar un ritmo más invernal y contemplativo. Como que la combinación JP, Lukas, plumón, Coca-Cola y montañas de DVD’s me están seduciendo para los días fríos que se vienen.

Así que prepárense, porque esto está a punto de ponere más aburrido de lo que ya está.

Así que ya saben. Si en el futuro inmediato leen relatos glamorosos y decadentes, lo más probable es que los esté inventando. O peor aún, que haya dejado los pudores de lado y que les esté mostrando el lado B de este angelical muchacho con seudónimo de mono animado.

Les escribo prontito.

Se me cuidan, OK?

JUL.

martes, marzo 13, 2007

.....................

No tengo nada que contarles.

De verdad que no me ha pasado absolutamente nada interesante. Si es que alguien pensó que estaba de vacaciones en algún destino exótico, se equivocan. Me pasé el verano completo partiéndome el lomo en el trabajo.

¿Entonces qué les puedo contar? No quiero latear tampoco contando siempre lo mismo; historias de carretes, alcohol y hombres que se derriten ante mi (eso lo digo para que se rían…aunque todos sabemos que es verdad).

En resumen y tal como comencé este post. NO TENGO NADA QUE CONTAR.

No me han subido el sueldo. Aunque eso tiene que pasar YA, porque no me alcanza la plata. Ya está comprobado científicamente.

No he salido de vacaciones, como les decía. Pero me voy el próximo mes con JP a renovar las pilas y el guardarropa, pasadita la cordillera.

No me han vuelto a disparar/atacar/asaltar/violar en la calle.

Sí he salido un montón. Y ando más bueno pa’l hueveo que nunca. En serio, yo por mí saldría todos los días de la semana, no me canso de pasarlo bien.

De verdad que no volveré a pisar el Bunker. Menos si hay lugares MUCHO más interesantes, con más y mejor material visual y palpable.

No me he subido al Transantiago. Me da una lata espantosa. Ni siquiera he tomado el metro. Compartiré mi metro cuadrado sólo cuando sea totalmente necesario. Compartir el metro cuadrado con más gente sólo es interesante y estimulante en términos de colchón. Ir abrazando a un viejo casposo, un oficinista anémico o una monja, no me apetece nada.

Con JP no hemos discutido más de lo normal y lo saludable. Igual necesitamos un rato solos, lejos, juntos.

Los únicos sustos que me he llevado son un par de amigos que se conocen hace 710 años y que de repente se dieron cuenta que se aman y ahora están juntos…FREAK. Es como esos finales de teleserie mula, donde los guionistas, con la cabeza a dos manos, se preguntan:

-¡Qué hacemos con estos dos gueones?! Se van a quedar solos!!!!! Debemos evitar los cabos sueltos, el espectador se confundirá!!! (yeah, right)

- No te preocupí, hagamos como que siempre estuvieron enamorados y recién se dan cuenta!!

-Eso, excelente idea, amigo-guionista-sobre-remunerado!!!

Bueno, si el guionista de la Vida es Dios, seguro que a Ella acá le iría pésimo.

Fue todo muy raro.

Por otra parte, que igual me da lo mismo y me alegro por ellos y espero les resulte, si los quiero a los dos.

La vida sigue igual. Amigos se separan, amigos se van a vivir juntos. Algunos se van y los extraño, mientras espero a que otros vuelvan.

El reloj se atrasa y ya no es posible salir de le pega con la luz del sol todavía arriba.

Me aburro. Y al mismo tiempo no.

Pasan los días, quizás demasiado parecidos entre si.

Y no tengo nada que contarles.

lunes, febrero 05, 2007

Pa' fuera telarañas

No me gusta como me queda. No sé, se ve raro. ¿Como que está muy largo de arriba parece? No sé si será eso. Deben ser este mechón de acá que no baja jamás.

Estoy frente al espejo, tratando de hacerme algo divertido con el pelo.

Pero no sale nada divertido. Y tengo que salir. Y quiero verme increíble.

Pero el pelo a veces pareciera no formar parte de tu organismo. Él no siempre es solidario y se taima seguido, sin vuelta atrás y sin motivos aparentes.

No me gustó como Erwin me dejó las patillas la última vez. O al menos no me gusta cómo crecieron. Se encrespan. Y mi pelo es totalmente lo contrario de crespo.

¿Y si me las corto un poco?


Tomo la máquina y comienzo a cortar. Un poquito por allá, otro poquito por este lado.

¿A quién trato de engañar? ¿A mí mismo? Que lata, hace años que dejé de hacer eso.

Quiero seguir pasando la maquinita, cierto…???? ¿Y en qué topo?. En nada, claro.

Mi pelo tiene ahora 5 mm de largo. Y me gusta.

Tuve un poco de nervios por cómo iba a quedar. No me pelaba tanto desde hace unos diez años. No tenía noción si tenía una forma de cabeza armónica o si me iba a ver como “Mi Amigo Mac”.

A JP le gustó. Al resto de la gente que opinó, también. Lo más importante, me gusta a mí.

Según el mito, Sansón perdió su fuerza sobrehumana cuando Dalilah le cambió el look. En mi caso, no gané fuerza física ni ninguna cualidad esotérico-mula, pero si quiero tomármelo como un gesto simbólico de dejar atrás la tontera y de bajarme el ánimo yo mismo. Pelo nuevo, actitud nueva.


Esa noche, vi el Confessions Tour de Madonna, en pantalla gigante, en la azotea de un edificio. Y era rica la sensación del viento ligeramente frío en mi nueva estructura capilar. Lamentablemente, no fue suficiente como para mantener la cabeza fría y menos la mente. No es conveniente tomar pisco sour en esos vasos de plástico transparentes. Pareciera que su capacidad es menor a la que en realidad tienen. Y casi sin darte cuenta, te tomaste una botella y media.

Por eso al día siguiente me tomé las cosas con más calma y con menos alcohol.

En la pista de baile, sentí menos ojos sobre mí que en capítulos anteriores. En cambio, tuve que espantar a un par de matapiojos que patéticamente insistían acercarse a JP.

Ahí me volví a acordar de Sansón y pensé que tal vez las había cagado como nunca y que realmente me veía fatal…

lunes, enero 29, 2007

Ambiciones Gigantes

-¡¡¡¡¡Vengan!!!!, ¡¡¡¡¡Apúrense, que por acá va a pasar la Chucky!!!!!- Le gritaba una señora entradita en carnes a sus dos retoños mientras corrían entre el mar humano, en dirección a la Plaza de Armas. Obvio que no pude dejar de reírme a gritos con JP. Qué lindo es nuestro país.
Estábamos nosotros también, frotándonos con “El Pueblo”, para conseguir un discreto lugar más o menos privilegiado para ver a la grandota. Y claro, cuando pasó, me emocioné. Siempre me pasa. Sobre todo con cualquier espectáculo muy ruidoso-enorme-pirotécnico que vea en vivo. Se me llenan los ojos de lágrimas sin remedio. Me ha pasado con fuegos artificiales, con la aparición de Robbie Williams en el Nacional, con Madonna apareciendo en el escenario y con mi sobrina en sus obras teatrales del Jardín.
La mona era preciosa. Si, daba bastante miedo, es verdad, porque no era una Barbie rubia. Era más bien morenita y chinita, tipo Björk. Un niñito de unos tres años, que estaba en los brazos de su madre justo detrás de mí, al ver pasar a “la Chucky”, escondía su cara en el cuello de la madre y repetía “no quiero, no quiero”. Luego se le pasó el susto y su cara de admiración y felicidad me volvió a humedecer la vista. Estoy viejo. Me emociono con todo (el otro día me puse a llorar con el primer capítulo de “Ugly Betty”…).
Seguimos a la cabra-grande hasta el Bellas Artes. Tuve ganas de ir a ver el final. Quería cachar al rinoceronte. Me quedé dormido. Menos mal que no fui. 300.000 personas es demasiada gente para mí. Más ahora que vivo pensando que un francotirador me sigue a través de su mira. Hubiera sido una excelente oportunidad de terminar conmigo. Muy al estilo “Nikita” de Luc Besson. JP se puso a ver “Nikita” el domingo a la hora de almuerzo. Como a mi me carga esa película, tuve que esperar dos horas para salir a comer algo. Debí haber cocinado algo porque comí la peor pizza que recuerde.
Todo ha andado raro este último par de días.
Perdí mi tarjeta de Redbanc. Intuyo que la dejé en la gasolinera de Bombero Núñez el sábado en la noche. Me di cuenta recién hoy en la mañana en una reunión con un cliente. No me desfalcaron gracias a Dios.
Me siento bien abrumado por todo. Insisto que puede ser el calor o que todos los días se parezcan al día anterior.
Me gustaría ser gigante y poder estar por sobre todo. Por sobre los problemas, lo gris y lo repetido.
Mido apenas 1.78 mts. Ni siquiera logré el metro ochenta. No debo ser mal agradecido, podría ser un tacuaco.
¿Pero no sería rico tener una vida así? Que la propia Presidenta Bachelet me despertara por las mañanas…que un mini ejército de franceses hermosísimos se preocuparan de cada movimiento que dé…Poder dormir siestas de horas y horas…
No me importaría que me dijeran “El Chucky”

JUL.

miércoles, enero 24, 2007

La vida de Julius corre peligro

Mi vida corre peligro. Alguien intenta asesinarme. Claro, de tanto ver películas de Dario Argento, el destino se ha encargado de transformar la mía propia en un guión lleno de tensión, peligro, escalofríos y asesinos enguantados.
Si, por supuesto que estoy exagerando, pero…tal vez no.
Primero fue el disparo que recibí en plena calle. Ahora, el “Bicicleta Incident”…

Era una soleada tarde de verano (para ser más específicos, ayer), cuando yo iba tranquilamente pedaleando hacia mi casa, luego de una extenuante jornada de trabajo. El sol de la tarde me golpeaba amablemente la cara. El viento mecía mi pelo, las flores me saludaban y las mariposas danzaban a mi alrededor (en realidad no fue tan así, pero sí se me metió un mosquito en un ojo)
Mi idílico viaje se vio interrumpido cuando se me enredó un cordón de mis zapatillas en el pedal. Eso fue torpeza mía, pero igual se los cuento.
Seguido de eso, comienzo a sentir un ligero vaivén. El asiento de la bicicleta se aflojó (¿o alguien lo aflojó?). Tuve que hacer esfuerzos de equilibrio circense para no terminar cuan largo soy en el maicillo del parque de la costanera, pero como tengo cierta habilidad, logré dominar al asiento y avanzar más o menos dignamente.
Cuando todo comenzó a tener ribetes de novela de Agatha Christie y me di cuenta que no se trataba sólo de una serie de eventos desafortunados, fue cuando llegando a una luz roja, SE CORTÓ MI FRENO TRASERO (¿o alguien lo cortó?). Rápidamente apliqué freno estilo Picapiedras y me salvé por milímetros de morir atropellado. Claramente ya era suficiente como para considerar a todo esto como un atentado contra mi vida, sin lugar a coincidencias o malos entendidos.
Como siempre hay que mantener la dignidad hasta las últimas consecuencias y pensando también que el asesino podía estar vigilando mis pasos, disimulé perfectamente el impasse y seguí como si nada, tratando eso sí, de no descrestarme y de seguir el viaje con la mayor cautela posible.
Cuando ya estaba auto convenciéndome de que todo podía ser sólo mala suerte y mucha imaginación de mi parte, vino lo peor…
Cruzando Loreto y bajando atléticamente la cuneta para cruzar la calle, SE ME SALE EL CANASTITO DE LA BICICLETA!!!! (Sí, le puse un canastito, sé que es muy de cola, pero es lo que hay nomás). Obvio que “El Toro” estaba repleto y pasé la vergüenza de la década, con el bolso abierto en mitad de la calle, TODO desparramado y yo tratando de recoger mis miserias mientras todo el mundo clavaba sus ojos en mí y los autos me bocineaban sin tregua.
Recogí lo poco que me quedaba de dignidad, junto con el canasto de mierda y la bicicleta desarmada y me fui arrastrándola hasta la casa.

Alguien quiere verme muerto.

Tengo miedo.

JUL.

PD: espero que no sea necesario poner un “Continuará” aquí.

lunes, enero 22, 2007

Las cosas por su Nombre.

¿Qué le pasa a la gente de este país?
Simplemente no puedes llamarte TABITHA. No nomás. Ya, no hay que ser Einstein para inferir que tu mamá estaba obsesionada con “La Hechizada”, pero todo tiene un límite, ¿verdad?
Es que de verdad; ¿qué piensa la gente cuando va al Registro Civil a inscribir al “bebé” (palabra tan chula como “novio”)?
Yo alguna vez trabajé con una tipa que quería llamar a su primera hija “Cassandra Nayareth”… mejor ponle Yasuri Yamileth y es como lo mismo y así nos ahorramos errores de tipeo en el futuro.
En ese mismo trabajo, descubrimos que un compañero usaba su segundo nombre, porque el primero era…AEROPÁJITO. Juro que no lo invento, tuve su carnet de identidad en mis manos.
También sé de un “Ben-Hur”, de un “Steve Austin” y de “Lady Dayana”, una nana que tuvo mi hermana hace unos años.
Sin ir más lejos, yo mismo estuve a un paso de llamarme Fidel, dadas las preferencias políticas de Padre. Madre, encolerizada, tomó el toro por las astas (gracias a Dios) e impuso el nombre que todavía pretendo conservar.
Otras veces sucede, que tienes un nombre de lo más normal y con el que estás contentísimo y ¡Zas!, alguien te caga y te agarran para el hueveo el resto de la vida. O ustedes creen que los cientos de Cristinas Aguilera que deben existir en Chile lo pasan regio??? No señor, las molestan todo el rato y les cantan “Ven conmigo, ven conmigo, baby” cada vez que pasan. Es lo mismo que ese capítulo de Seinfeld donde se reían de la negrita gorda que se llamaba Rebecca DeMornay. Pero claro, eso es obra del destino, así que no es justo culpar a los padres por haber bautizado a sus retoños como Beatriz Pinzón ó Jennifer López.

A propósito de Jennifer López, probablemente lo más irritante es esa moda C3 / D de usar nombres gringos, cuando tu apellido sí es González ó Tapia. Una vez en La Serena, una señora llamaba a viva voz a la pequeña BRITANY, que se estaba adentrando peligrosamente en el mar. Hace poco, para Halloween, con JP figurábamos en el Bokhara, entre lo que nosotros pensábamos, era gente disfrazada. No lo estaban, simplemente era gente fea. Pero ese no es el punto. El acabose fue cuando una “lola” bien amachada le gritaba a un colibrí “¡¡¡¡Llámate al GERALD pa’ que se venga altiro!!! Habrá sido algún “Gerald Thompson”, “Gerald Grant” No, probablemente era Gerald Machuca. Es probable que ni siquiera estemos hablando de GERALD, sino que de YERALL. Porque claro, seguramente mil veces no cacharon cómo se escribía y le pusieron al cabro chico un nombre que aparte de ridículo, es una interpretación fonética de lo que creyeron escuchar. Lo saben el propio Yerall, bailarín de Mekano y RONAL (sin la D final) de esa abominación de reality que es Fama de Canal13.
“Tener un nombre gringo le dará status a mi niña” piensa la señora, ilusionada y jurando de guata que le hace un favor a la pendeja cuando la inscribe como Alison, Lindsay o Estefanía de Mónaco (si, existe una y ese es sólo su nombre de pila), cuando en realidad, lo que hace es encasillarla para siempre dentro de la marginalidad. Lo va a pasar pésimo, junto con sus primos Kevin, Barnaby y la más chiquita, Christell.
No hay ningún problema en ser humilde, ser derechamente pobre o tener el apellido más común de la tierra (yo tengo uno que va puntero), pero el mal gusto creo que no tiene perdón en estos casos.
A veces pienso que en el futuro, los cuicos se llamarán todos Diegos, Antonia, María Ignacia y Benjamín. Por el otro lado de la moneda, sólo existirán personas llamadas Justin, Matthew o Sean Preston.

A mi me pasa que cuando me llama Tabitha me da una risa tremenda y lamentablemente, no la puedo tomar muy en serio. No me sale nomás. Sé que no es justo para ella, quizás está feliz de llamarse así.

Ustedes amigos, los que planean reproducirse, traten dentro de lo posible, de no arruinar las vidas de los inocentes, sólo porque son fanáticos de Beyoncè, Elijah Wood , ó admiran profundamente a Condoleezza Rice…

Espero no haber herido sus sensibilidades.

JUL.

miércoles, enero 17, 2007

¿No lo has notado?

¿Y qué pasaría si por tener la bocota tan grande, mi 2007 fuera realmente una enorme montaña de porquería?
Es el año del Cerdo, según los chinos. Yo soy buey. Me imagino que me debería llevar bien con los chanchos, por toda esa cosa granjero-campesina que nos une.
Anoche cociné cerdo, sin ir más lejos. Quería traer comida a la oficina, para así ahorrar y a la vez comer deliciosa comida casera en vez de tanta tontera que uno suele comprar por ahí. Pero no me comí el chancho. Me tropecé con una señora que vendía humitas y tuve que comprarle dos. Estaban ricas las humitas.

Ando con un poquito de lata de todo. Pensaba que iba a partir el año con una especie de energía renovada y poderosa. Y nada, que estoy como fideo cocido. No se si no aguanto el calor, o necesito una vacaciones espectaculares. Pero no tendré vacaciones. Ya me las tomé el último trimestre del 2006 y ahora me siento casi un poco estafado.

Igual Santiago puede ser entretenido, soy un fervoroso defensor de nuestra capital en vacaciones. Pero no me llama la atención ni el Santiago a Mil, y ni siquiera ir al cine a ver a Daniel Craig salir del agua en su ajustadísimo Speedo.
Sólo tengo ganas de dormir. Pero al mismo tiempo, hace mucho calor para dormir mucho. Me pego en las sábanas y me ahogo. Lukas se las ingenia para entrar siempre a la pieza y ponerse encima mío. Lindo él, pero caluroso como un abrigo de chinchilla.
Estoy de pésimo humor, lo sé. Se me pasa rápido, eso es bueno.
Como que no pasa nada tampoco. Como que todo está dormido. ¿No se han dado cuenta?, hay poco ruido en las calles…hay menos escándalos faranduleros, la gente cierra los blogs (la última moda de la temporada, al parecer), nadie llama, todos están “bien” cuando les preguntan cómo están… Me siento como esas películas gringas de los 50, del tipo “Invasion of the Body Snatchers” , o cualquiera de esas cintas de serie B que eran en realidad metáforas acerca de una supuesta amenaza comunista (acá ustedes se sorprenden de lo instruido que soy). Pero es verdad, ando con la sensación de que todo está DORMIDO. Como si todo hubiera sido reemplazado por versiones sintéticas de lo real. Y no quiero que esté así.
Despertemos un poquito, les tinca?

JUL.

Aclaración: cualquier incongruencia es debido a la exposición permanente de la mente y el cuerpo a una oficina sin aire acondicionado y con sensación térmica de cinco millones de grados Celsius.

lunes, enero 08, 2007

Acá vamos.

Se que suena a cliché, pero de verdad que el 2006 se pasó volando.
El 31 en la noche, estábamos escribiendo en un papel, lo que cada uno de nosotros no quería vivir o repetir el 2007. Me costó un montón tratar de pensar en algo malo. Si me hubieran pedido escribir una lista completa de lo malo del 2006, me hubiera visto bien complicado. No sé si el año fue especialmente bueno, o simplemente pasó demasiado rápido como para alcanzar a digerirlo. Tiendo a pensar que fue un buen año, que partió pésimo eso si, con operaciones, convalecencias y sustos. Pero desde entonces, todo resultó de maravillas. Ni siquiera puedo mentir y hacerme el dramático con el tema del regreso de mi padre y todo eso. Es más, hasta encuentro entretenido eso de decir "voy a ver a mis papás", o "mis papás me dijeron esto", "tengo que pasar a ver a mi papá", chori, cierto??

He tenido unas últimas semanas bien ajetreadas. Un fin de año de locos en la oficina, pero con bastante manejo y dominio de la cancha de parte mía. Es por eso que no estoy con el colon colgando, ni con el nervio tomado. Sí estoy bastante cansado y con un sueño que aunque haya dormido diez horas seguidas, me hace pasar vergüenzas en reuniones de pendientes, en fiestas, en asados, en conversaciones importantísimas, etc. Yo creo que entre tanto zancudo que me ataca sin piedad cada noche, alguna mosca tsé-tsé me debe haber picado, porque esto no es normal.

Acabo de cachar que no escribía hace mucho tiempo. Tampoco he podido leer a nadie. Como los días están calurosos, luminosos y largos, me parece una tontera llegar a meterme al computador cuando llego a la casa. Y por aquí o por allá siempre sale algo entretenido que hacer.
El fin de año estuvo buenísimo. Recibí a mi familia (padre incluido después de décadas) y cociné como un enano. Los hueones de "Top Chef" son una alpargata al lado mío.
El año nuevo fue un descontrol sin límite en el campo, con un grupo gigante, sol, piscina, nudismo, borracheras divertidas y con los mejores amigos del mundo. Luego partió la "temporada de cumpleaños", lo que hizo que mi economía zozobrara y mi reloj biológico perdiera la razón. El hecho de que me haya convertido, de la noche a la mañana, en una marmota dormilona ahora tiene un poco más de sentido.

Me he encontrado con Gieb y con la Marcelita, que lo pasan siembre bien y con Rod cada vez que pongo un pie en algún antro de perdición (lo que me hace sospechar que lo pasa bastante mejor de lo que dice). He subido de peso, así que cerraré la boca AHORA. Extraño a la Dani que se fue por una temporada laaaarga al frío de Denver. Tengo una mata de albahaca que crece como un monstruo y que es la única planta que no ha muerto bajo mis cuidados. Estas son algunas de las últimas palabras que escribo en este paupérrimo computador, ya que desde mañana comienzo a usar el bólido que me compraron en la office. Un nuevo amigo brasileño (adorable), me tiró unas cartas divertidas que a pesar de mi incredulidad me dejaron pensando mucho. Estoy usando reloj por primera vez en mi vida y estoy aprendiendo a ver la hora con palitos.

Tengo ganas de que este año se pase un poquitito más lento. Sé que llevamos recién una semana, pero tengo la tincada que éste va a ser memorable.

Un abrazo grande a todos. Pasaré más seguido.

JUL.