viernes, agosto 19, 2005

Esto se acaba

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Hace ya tres años que se formó "El Cité". Así le decimos de cariño al lugar donde vivimos porque es bien comunitario todo.
Es una casa grande donde vive Rodrigo y la Dani. En el mismo terreno hay una casa mucho más chica donde vivimos JP y yo. Y si, por más grande que el corazón de sus habitantes sea, la casa sigue siendo demasiado enana y ya se nos hace insoportable.
Me acuerdo que el cambio fue caótico. Tuvimos que dejar el anterior departamento de JP por motivos humillantes y vergonzosos que no tengo ganas de contar hoy; tiene que ver con decibeles, saquen sus propias conclusiones.
El camión de la mudanza estaba cargado hasta el límite. Tomamos Sánchez Fontecilla en el momento exacto en que cambiaba el sentido del tránsito, así que figurábamos con camión y todo contra el tránsito entre bocineos y saludos a nuestras madres. Así comenzó todo.
Ese mismo día, mientras hacíamos malabares para trasladar cientos de cajas, refrigerador y demases, comenzó una lluvia de esas que las noticias y los programas de la tarde cubren por días y días. La casa grande se inundaba y a la Dani se le mojaban los "enceres", todo era barro, agua, desorden y horror. Era casi como para pensar que todo era una señal de que amistad y convivencia no son conceptos que se mezclen muy bien.
Quién hubiera dicho que a tres años de comenzar a vivir practicamente los cuatro juntos, todo haya resultado perfecto.
De todas formas, las dos casas son bien independientes y la cosa no es tan hippie como se podrían imaginar. Lo bueno de todo esto es que las dos familias nos apoyamos entre si. Desde la clásica tacita de azúcar hasta irse para la casa del lado a llorar las penas o a tomarse un copete con un cigarrito.
Las familias crecieron inevitablemente. Un día llegó Lukas, escapando de una familia abusadora. Cuando lo vi y me acerqué a él, en plan "aaaawww, qué lindo el perrito", lo primero que hizo fue morderme. Jamás había conocido un animal más desagradable, lo juro. Ahora Lukas es mi hijo, y es sin duda alguna, una de las cosas que más amo en la vida. Al lado apareció Martín, un labrador minúsculo que Lukas adoptó al instante como hijo. Hoy Martín es un perro inmenso que si quisiera podría matarte en segundos, pero que sigue creyendo que Lukas es su papá.
Los mejores carretes de mi vida los viví en el cité. Desde los más organizados, como alguna fiesta de año nuevo en que el cité "se vistió de gala", hasta hueveos improvisados en el mismo día y que siguen estando entre los Greatest Hits de carretes de varias personas. Porque si, el cité también tiene miembros honorarios, como la Amparito que vivió sus penas allá en algún oscuro momento de vida.
Miles de anécdotas han ocurrido a lo largo de todo este tiempo. Cómo olvidar la plaga de ratones... o cuando la Dani dejó un queque de marihuana en la cocina y la nana se lo comió y terminó inconsciente en Estación Central...

Pero a veces la vida tiene que ser como una buena serie de TV. Terminar algo en su punto álgido es lo mejor. Prefiero que el cité termine como "Buffy, la Cazavampiros", en su mejor momento y no se alargue hasta el aburrimiento total como "E.R".

El otro día yo quería comprar un exprimidor eléctrico. Estaba chato de dislocarme el hombro cada vez que hacía pisco sour. JP me miró y me dijo "y dónde vai a meter el exprimidor"...Miré la cocina diminuta, repleta de frascos, ollas y sartenes, tan excesivamente llena como un bazar turco y le encontré toda la razón. LA CASA ES MUY CHICA.
Además es fría como una tumba en el invierno y también necesita mil arreglos que uno no hace cuando el lugar es arrendado y menos cuando el dueño no tienen ninguna intención de ponerse o descontarlo del arriendo.
No hace mucho me estaba duchando y se despegaron dos azulejos de la ducha. Aparte de gritar como mujer por el susto, me deprimió estar así. Y no digo que todo sea como de película de terror, sólo que ya es hora de dar el siguiente paso.
Y el momento llegó. Y llegó de repente.
Robert nos dio el dato de un departamento en un primer piso, con patio, en un edificio antiguo, más o menos donde andábamos buscando con JP.
El lugar es ideal, bonito, luminoso y tiene mucho espacio. Lukas va a estar cómodo, con el Parque Forestal al lado para salir a correr y a conocer a los perros vecinos. Yo aspiro a tener mi cocina semi industrial para lucirme y quebrarme con mis naturales habilidades culinarias, habrá un lugar para recibir visitas, para mi Mac y una terraza increíble para tomar desayuno y leer el diario en mi regia bata de toalla blanca que me compraré apenas nos cambiemos.

Lo triste de todo esto, es desarmar el cité. El miércoles invitamos al Rorro y a la Dani a la casa para contarles todo, ya que ese día el proyecto "casa propia" se oficializó. Brindamos con pisco sour (exprimí los limones añorando mi exprimidor eléctrico) y creo que a todos nos bajó un poco de pena. Es cierto que calculamos que faltan unos dos o tres meses, pero al menos yo ya me siento algo nostálgico.
No tengo ganas ni de imaginar siquiera lo triste que va a ser el día en que cerremos la puerta de la casa por última vez. Tampoco quiero pensar en que van a sentir Lukas y Martín cuando los separemos... Porque no se trata de dejar sólo un lugar físico. Vamos a cerrar un capítulo importante y un período de tiempo maravilloso.
Lo importante es que la amistad va a quedar y los recuerdos también. Sólo queda mirar hacia adelante, crecer y comenzar una etapa nueva, con la misma fuerza y ganas que hace tres años atrás.

6 comentarios:

iagoo dijo...

van a tener cuarto de invitados??
preguntaron si se admiten perros en el edificio??

mucha suerte con el proyecto..y que sea el depto mas lindo y estiloso de toooooodo el sector... como ustedes!

Besotototototototes!

F.

isabelicity dijo...

Que pena!!!! me imagino que tienen historias para tirar al techo... podrías escribir una serie con tanto acontecimiento entretenido... De todas formas el cambio no les va a sentar nada de mal, empezar a hacer "tu casa mi casa" con tu propia casa ¡Nada mejor!

Remus dijo...

Fuerte eso de dejar un lugar donde hay tantos recuerdos. Yo viví casi 30 años en la misma casa, y hoy ese sitio ya ni siquiera existe.
Pero igual es emocionante ir armando tu nuevo hogar, pensar cómo lo vas a decorar y darle tu personalidad, en fin.
Y vivir cerca del Forestal, wow.
Abrazo!

Voikot dijo...

Bueno siempre los cambios son positivos asi que hay que verlos con esperanza! nada de pena y es claro que las cosas vale más cortarlas cuando están arriba, asi las cosas se desgastan menos. Fuerza y ánimo y quiero los detalles del nuevo lugar, en lo posible fotos!.

Anónimo dijo...

sniffffffffffff, que lindo!!!! Te juro que se me pararon los pelos con lo que escribiste...y lo mas divertido es que me imagine el tipico ultimo capitulo de serie en que la gente se acuerda de las anecdotas y hacen flashbacks, raccontos y todas esas cosas retrotemporales!!!! de verdad lo pasamos chancho ahi!!!! El otro dia me asome con Robert a ver el depto y esta coolisimo!!!!! Ya me imagino las fiestas que van a haber en esa terraza!!!! Van a ser la envidia de todos!!!!!!! y tambien me imagine tomando sol en tu terraza y manguereandonos, mientras tu nos agasajas con litros y litros de piso sour recien exprimido en tu exprimidor industrial a petroleo!!!
De hecho ya se me ocurren algunas ideas para cubrir la terraza!!! ...besos

Julius dijo...

Ay weon que eris lindo, te pasas.
Espérate nomás, que te vamos a sacar el jugo con todos los arreglos, y te vamos a pagar con puro pisco sour.
Muac!

JUL.