lunes, abril 24, 2006

Ciudad de Dios

No hago más que anunciar mis intenciones de generar cambios en mi vida, para que Dios se apure a recordarme que es ella la que primero dispone de mi vida sobre este planeta. Pocas veces me he sentido con un pié en la sepultura, a punto de ponerme el pijama de palo o listo para ir a mirar las flores por el lado de las raíces. Una vez cuando chico, me casi ahogué en una piscina. Mi corta y feliz vida de entonces se me pasó como un diaporama (o debería decir Presentación Powerpoint, para no sonar tan añejo...) ante mis ojos mientras el aire se escapaba de mis pulmones y el agua y el cloro ocupaban su lugar. El montaje de imágenes de mi vida (que a todo esto dejaba a Kubrick como una alpargata vieja) se vio interrumpido por los fuertes y fibrosos brazos del salvavidas del club de campo de Las Condes de ese entonces, que me sacó del cuello hacia suelo firme y seco. Yo habré tenido unos 13 años y no era tan pillo como para haber fingido que estaba inconsciente para la respiración boca a boca. Además, estaba aterrado y me sentía tan agradecido de haber tenido una segunda oportunidad de vivir, que deseché la idea de inmediato.
Otra vez, no muchos años después, yo figuraba colgado con la punta de mis dedos, a punto de resbalar, de un risco en la quebrada de San Ramón. ¿Qué estaba haciendo yo, creyéndome escalador en roca? Todavía no lo sé. Supongo que cosas de cabro chico. No quise mirar para abajo. Sólo podía sentir cómo mis brazos se cansaban cada vez más. Cómo mis dedos iban resbalando poco a poco. ¿Qué se hace en un momento así? A mi me resultó relajarme y no perder el control. Comencé a buscar lentamente con los pies, por el contorno de la roca, algún espacio que me permitiera al menos anclar las piernas y así poder darle un descanso a mis manos. Una vez bien afirmado, di gracias por tener tan buena elongación y la cabeza fría. Pude recuperar el aliento y la tranquilidad cuando llegué a la planicie al fondo de la quebrada.
Si yo fuera gato, a estas alturas del partido me quedarían sólo cinco vidas. O cuatro, si cuento cuando choqué con un auto en Alonso de Córdova el año pasado (yo iba en bicicleta y no sé cómo ni me caí al suelo).

El viernes me volví a sentir vulnerable, con la vida en un hilo. Habíamos salido con Lukas a pasear cuando volví de la oficina. Como la semana pasada tuve que quedarme trabajando hasta más tarde de lo normal, eran las 21:30 y nosotros recién íbamos saliendo. Lukas tiraba de su correa, atorándose y privándole el oxígeno a sus pulmones, tal como la hace todos los días, al menos la primera mitad del paseo. Primero me acompañó a comprar cigarros a la salida del Metro y luego tomamos José Miguel de la Barra para volver al parque. A la altura del puente Loreto, se me acerca un pendejo (un pelusa) de unos 13 años, no más. Bien simpático el cabro chico; moreno, chiquito y flaco. Con una sonrisa enorme, llena de dientes chuecos y el pelo bien tieso y gris de tierra y smog. Él quería que lo dejara jugar con Lukas, a lo que le respondí que mejor ni se le acercara, porque Lukas muerde a la gente que no conoce (y no es chiste, el perro le ha estampado los dientes a casi toda la gente que conozco). El pendejo insistía e insistía, pero no lo dejé. Cuando me iba dando vuelta para obligar a Lukas a volver a la casa, el niñito este me tira el clásico texto que uno espera- Tío, deme plata-.
Yo por lo general, si ando con un par de monedas en el bolsillo, las regalo si me las piden. No me voy a cagar por $200. Pero de verdad que había salido sin billetera y no tenía ni una sola moneda conmigo. El pelusa volvió a insistir. Me giro y le digo -Pelao, de verdad que no tengo nada, la próxima vez que te vea, te doy-. En ese momento, este niñito bajito y con esa cara tan amigable e inocente se levanta la polera, para dejar ver una pistola enorme que lleva metida en su pantalón.
¿Se han fijado cómo en ciertas situaciones, el tiempo adquiere características distintas a las que percibimos normalmente?, los segundos se transforman en minutos larguísimos y la mente funciona a mil por hora, como si la vida te diera un plazo especial para pensar y buscar la mejor salida a algo que no parece tenerlo. ¿Qué podía hacer en ese momento; correr? No me pareció buena idea. Tampoco gritar y menos abalanzarme sobre el cabro chico, sacarle la mierda, agarrar la pistola y lanzarla al Mapocho.
Me vi muerto, desangrándome. JP iba a volver el sábado de Buenos Aires y se iba a extrañar que ni Lukas ni yo estuviéramos en la casa. Tal vez iba a ser portada de LUN o de La Cuarta. "Joven Profesional muere baleado por niño de 13 años" o peor, para vender más ejemplares: "Joven HOMOSEXUAL muere baleado por niño de 13 años". Me daba una lata fatal terminar mis días así. No era justo. No quería que se juntara un grupo de gente a mirarme morir. Ni que le tomaran fotos con sus celulares a mi cabeza abierta como una sandía de un balazo infantil.
Hice como que no había visto lo que me estaba mostrando. Intentando una pseudo-sicología barata, nunca dejé de sonreír. Insistí en que no tenía ni un duro y volví a emprender el rumbo.
-Tío, vio lo que le mostré, cierto?
-Sí, lo vi, y deberías tener cuidado con eso. No es bueno que andes asustando a la gente.
-Ya tío, no se enoje si no es de verdad. Es un juguete.

Yo no se si la pistola era de verdad o no. Se tanto de armas como se de fútbol o de ingeniería molecular.

-Ya, chao pelao y guarda esa gueá que te pueden ver los pacos.

Me di vuelta una vez más, con el corazón latiendo tan fuerte que me costaba escuchar lo que estaba pensando, los autos y las micros. Temía que en cualquier momento iba a sentir un dolor agudo y seco en plena espalda. ¿Mis últimas palabras iban a ser "Ya, chao pelao y guarda esa gueá que te pueden ver los pacos." MAL, debí haber dicho algo más adecuado a modo de epitafio.
Nunca giré la cabeza, estaba tan paralizado por el pánico que sólo podía caminar y caminar a una velocidad sorprendente; tan rápido como un maratonista (con la risa que me dan cada vez que los veo por la tele). Lukas iba más atrás, flameando al otro extremo de la correa. Llegué al edificio y no lograba meter la llave por el temblor de mis manos.
Me costó dormir, escuchaba ruidos y me levantaba a revisar ventanas y puertas. Una vez dormido, las pesadillas se repetían una tras otra.

No tengo ganas de volver a pasar por el mismo lugar. Tengo la mejor intención de salir con Lukas ojalá más temprano. De todas formas, no pienso dejar que el miedo me paralice y me fuerce a dejar de hacer las cosas que hago habitualmente.
Tal vez ni me debería asustar demasiado. Creo en una suerte de Plan Maestro y si no morí ahogado, como estampilla al caer de un acantilado, estrellado contra un Audi o baleado por un niño, tengo dos alternativas: o soy inmortal como Highlander, o no me ha llegado mi hora aún.

24 comentarios:

C.- dijo...

Mira Julius, yo vivo por ahi y puedo hablar con conocimiento de causa...
El niño que te abordó sin duda pertenece a la "caleta" que hay debajo del puente loreto, son los mismos que salen en los reportajes, que consumen pasta base y neopren...etc...
Nunca, jamás pases lento por ahi....es increíble, pero siendo un sector bueno, el puente y la calle frente a este (bellavista) no son de lo mejor...
Eso sería...
Gracias a Dios que estás bien...
Un abrazo
y a cuidarse ok?

dixleso dijo...

CRESTA MADRE!
Cómo sacaste frialdad suficiente para manejarte en eso? yo me cago en fracción de segundo... y la verdad es que no sé qué me hubioera asustado más, que me llegara un balazo a mí o a mi perra...
Julius, cuídate mucho, he estado en situaciones de esas, miento, nunca de esas, sí de riesgo, pero nunca por ese tipo de situaciones...
No sé qué más decir...
abrazo

pazwords dijo...

No queremos comprobar ni una de las 2 posibilidades. ni que eres Highlander, ni la remota posibilidad de que "haya llegado tu hora"
no se hablas mas del tema!

Juano dijo...

Lo que pasa es que aun no cumples tu misión en este mundo, de haber muerto estarías como alma en pena...

pero en serio, cuando uno se cae del caballo hay que volver a subirse rápidamente, de lo contrario, no te subirás más...
eso fue lo primero que se me vino a la cabeza cuando me pasó algo parecido, con secuestro incluido... el miedo paraliza, no quería ni ir a la esquina...

ufff

que terrible, igual fue buena tu salida

Slds

Remus dijo...

Chucha, y yo anduve paseando feliz de la vida por ahí el sábado.
Lo triste es que esos cabros chicos están ahí hace un montón de tiempo y no se ha podido hacer nada para evitar que vivan en esas condiciones y se maleen.
Menos mal que te tocó un pendejo no tan agresivo, y que tuviste la sangre fría de reaccionar de la forma que menos se lo esperaba.
Por favor, cambia tu ruta de paseo con Lukas!
Un abrazo

.:: blackbird returned ::. dijo...

Aún le falta escribir un libro y tener un hijo (teniendo en cuenta que, quizás, ya hayas plantado el arbolito).

Hablando en serio, debes andar por lugares más seguros. Deje de poner su seguridad en riesgo.

Lukas y JP te necesitan todavía... vivito y "coleando".

Besos y se cuida, eh!

C.

Doso dijo...

Shaaa!!! definitivamente yo me cago de miedo!!! uan vez me paso cuando chico, debi apasar por unos potreros oscuros, y s eme acercan otros cabros un poco mayores y me toman por la espalda y ciento algo en ella, me dicen que es un asalto... me recague!!! pero a los segundo sme dicen "es broma", corri , que corri vole de ese lugar!!! por eso te entiendo...

A cuidarse el doble ahora
Abrazos
Doso

Lautaro dijo...

julius,
es terrible, a mi me pasó algo así o peor el año pasado, o antepasado?, no recuerdo, es como si fuera ayer, quizás aún no lo supero.
siento las patadas en la cabeza todavía, cuatro "ciudades de dios" me botaron al piso, yo medio borracho, atroz.
uno se pone muy paranoico después, sigo sintiendo escalofríos cuando paso por una calle mal iluminada (que son muchas acá en valpo) donde hay pendejos estilo rapero.
en fin, te entiendo bastante, te acompaño en el miedo y en la alegría de seguir vivos, pudo ser peor.
Bear hug,
Eleu

Pablillous dijo...

me quedé helado de solo leer esto. Yo no sé que hubiera hecho..

una cosa es clara para mí, uno no muere ni un día antes ni despues, de cuando le toca ..

yo solo he tenido una experiencia con la muerte y prefiero no acordarme...

Gracias a Dios que estas bien..

abrazos

Pablillous dijo...

ahora preparate para morir de la impresión...
la pelicula que llevé a la conferencia y que Jane me firmó fue ......Klute.....

como te quedó el eye?

LaRomané dijo...

Me has dejado de una pieza...Admiro tu sangre frìa. Muchas veces suponemos como podemos actuar frente a determinados estìmulos, pero JAMAS me he puesto en esa situaciòn.
Cuanyas veces nos hemos creido invencibles o pensamos que nunca llegarà nuestro ùltimo dìa sobre la tierra, pero la misma vida se encarga de recordarnos que somos seres que estamos sòlo de paso por aquì y que tenemos que tener nuesrtas cuentas al dìa para irnos tan livianos como llegamos.

Me alegro que no te haya pasado nada y que JP te haya encontrado sano y salvo junto a Lukas.

Un fuerte abrazo
x0x0x0x0
LaRomanè

Barro dijo...

Imposible no dejarte un comentario-abrazo, que bueno que no pasó nada más y que estás bien. Aunque no te conozco, es como lo mismo.

Aunque discrepo de lo que los demás dicen, creo que deberías volver a pasar a la misma hora, y un poco más tranquilo. Por lo que dices me queda la impresión que el pendex no te tiene mal . Es bueno que sea tu "amigo", no digo ya pa invitarlo a la casa y financiarle los vicios, sino como básica poliza de seguros. Es bueno que hayas mantenido la sangre fría y no hayas reaccionado agresivo o vulnerable. Ahora las posibilidades que ese mismo niño te asalte son menores, porque ya "se conocen".

Pucha, qué huevadas estoy diciendo?, nada, no diré nada más que que bueno que estés bien. Y que los santos del barrio te protejan.

Ofuscador dijo...

Uhh... que fuerte, me hizo recordar la misma experiencia, pero frente a una pigmea con chaqueta de cuero negra en sector plaza de armas, con la diferencia que sí sacó el arma, que era de verdad y que más encima me apuntó.

Ahora, es normal que quedes espirituado por algunos días, pero no dejes de hacer tu vida normal por eso. Lo que te pasó, puede suceder en cualquier lugar.

Lo más probable es que el titular hubiese sido "Joven HOMOSEXUAL asesinado en intento de corrupción de menor inocente y sin hogar".

Abrazos

Rod dijo...

seguro y no era tu hora,,
en todo caso aplausos, por lo q se te ocurrio, lo más probable yo habría terminado entregando hasta al perro..
los dias te van a hacer q se olvide la experiencia y retomar la vida con normalidad..


saludos

Pablillous dijo...

oye lo de la edad no fue ni nice ni divertido

ja ja

el infaltable dijo...

my god!!! que susto!!! la cagó, no puedo creer lo valiente que fuiste... yo en tu caso me habria cagado en mis pantalones.
besos y nos leemos!!

Robert dijo...

BUENA VIDA señor

Gonzaloieb dijo...

Que miedo!
Viste... tienes que ir a ver Kiltro y aprender a lanzar patadas voladoras, ahí está la solución.

Saludos

galgata dijo...

Qué increíble, parece que sí fueras un gato!
La cabeza fría es lo mejor. A mí me salvó una vez en que asaltaron a todos los estudiantes del paradero, MENOS A MÍ! Simplemente, estática y seria, no obedecí. Y el ladrón decidió no darse la lata de pujar por mi mochila jajaj.
Me alegro de que seas una persona valiente... vas a superar el miedo!! Te has salvado demasiadas veces como para no confiar en ti mismo :)

Voikot dijo...

Sorry pero se lo merece... PENDEJO CULIAO! yo me cago entero, tambien sabia que por ahi es medio complicado a veces, hay que hacerla muy corta en los puentes. Todo mal...

Gilda dijo...

uf! que fuerte lo suyo... Cuando me veo enfrentada a situaciones de riesgo me quedo plop, calladita y me tiritan las piernas.

cuídese,

marze pac dijo...

ufff!
cuidese harto mijo, mire que quiero seguir leyendo este blog por mucho más tiempo.

saluos

marze pac dijo...

JUl,
dejame decirte que tu razón para ver kiltro no es para nada despreciable y vanal;
es apreciar la belleza humana.. o no??

jaja, que disfrutes la pelicula

Lontano dijo...

yo igual vivo cerca de ahí y en el verano me asaltaron dos pendejos...y no fue nada lo de la billetera, pero lo que me extrañó fue lo inusitado de la violencia...un combo en la boca y golpes en la cabeza de una...en el suelo. Había ido al cajero del bci y me vieron sacar plata...después lo deduje porque los había visto tocar los timbres y salir corriendo...seré weón!

Lo único que no se llevaron fue el celular (el tamaño si importa) y mi cara llena de hematomas.