sábado, junio 11, 2005

La recuperación

Lo de la extracción de la muela fue todo lo horrible que me imaginé. Es cierto que no fue doloroso; tal vez porque la intervención pintaba para complicada, el doctor Marino (full hetero, nada de feo y muy cariñoso) me puso harta anestesia, tanto así que hasta el ojo se me cerraba un poco. El trámite duró 2 horas y a pesar de que llegué super tranquilo, en momentos me quise poner a llorar de la desesperación. La muela no podía estar más mal ubicada. Cuando Doc. Marino me dijo: "voy a tener que rebajar, con el taladro, un poco el hueso de la mandíbula", se me acabó toda la confianza y me arrepentí de haber ido solo. Pero él, muy amoroso, me iba contando todo lo que iba a hacer y me decía con anticipación cuando iba a sentir presión o cuando iba a quebrar la muela en partes, para poder sacarla de forma más sencilla y menos traumática para mi. A todo esto yo figuraba acostado en la camilla, con una especie de sabanilla de color verde E.R, que me cubría la cabeza y parte del pecho, con un hoyo que me dejaba libre la boca y la nariz (como un "gloryhole". If you know what I mean...). No podía ver nada, y de verdad que lo agradezco, sólo con los sonidos y con los zamarreos y forcejeos del doctor, era suficiente como para querer desmayarme urgentemente.
Salí de la clínica mareado bien adolorido, a pesar del exceso de anestesia. Caminaba por Providencia, con bastante lluvia y sintiendo que tenía los labios de Angelina Jolie, así que igual me quebré bastante. Después, en un espejo de la farmacia me di cuenta que la enfermera nunca me quitó bien la povidona que me había puesto un rato antes en toda la cara. Me quería morir, parecía enfermo de hepatitis, todo amarillo. Fatal.
Llegué a la casa sintiendo que la anestesia se desvanecía peligrosamente, y el resto de la tarde me dolió bastante. Lo bueno es que JP escapó de su oficina y vino a cuidarme y a darme té, helado, queque y cualquier cosa que pudiera comer sin esforzarme mucho.
No voy a poder fumar en cuatro días (justicia poética) y deberé pasar una semana sin alcohol. Las razones son sencillas; el humo hará que se me infecte la herida y los puntos. El alcohol inhibirá el efecto de los antibióticos lo que asegura una infección. No me queda otra; deberé portarme como un niño sano por unos días. Prometo desquitarme el próximo fin de semana, lógicamente.
Hoy no aguanté más el aburrimiento. No siento nada de dolor, aunque la cara se me empezó a hinchar. No me veo como el hombre elefante como pensé, sólo me veo como con 6 kilos extras. A pesar de esto último, me atreví a salir de la casa un rato y JP me llevó al Parque Arauco. Después de haberme portado tan bien y de haber sido tan valiente en el dentista, lo mínimo que podía hacer era gastarme la plata que no tengo en un par de pilchas que me hacían bastante falta. Salí de zapatillas, algo de underwear y una chaqueta de "I can't believe it's not leather" que estaba demasiado barata y me queda increíble. Fuimos a ver a Maxi un rato al café (torta de merengue-frambuesa...tengo que parar!!!) y luego volvimos; mal que mal, se supone que estoy en reposo.
Doc me dijo que al tercer día la cara se me iba a hinchar...yo creo que con esto tengo suficiente. No pretendo ir a trabajar el lunes con cachetes de marrana flaca...

2 comentarios:

iagoo dijo...

pero si usted es ñeñowenu!

mish.. 4 dias de pago por adelantado... quien lo hubiera pensado ;)

a er si paso a verlo...

besus"!

F.

Juano dijo...

La muela del juicio es todo un cuento, y la verdad es que super buen pretexto para un poco de consumismo, sólo el reflejo de una generación.

Slds